SOCIEDAD | científicos | clarín | Conicet | estigmatización | historietas | Horacio Altuna | ironía | ñoquis

Altuna pidió disculpas: "Yo no pienso así de los laburantes del Conicet"

¿No fue un palo para el Conicet y trabajadorxs estatales, sino que fue todo una malinterpretación? Eso dio a entender el emblemático historietista.

Horacio Altuna posando con su obra
Horacio Altuna posando con su obra "Ficcionario".

Tras la viralización de la tira cómica de Horacio Altuna, cuyas viñetas se interpretaron como una chicana al desarrollo científico nacional y la docencia pública, el célebre historietista creador de "El loco Chávez" y de "Las puertitas del señor López" salió a aclarar su contenido en redes sociales.

Altuna, de 81 años, reside actualmente en España, aunque colabora con medios argentinos. Semana a semana, el historietista publica su tira "Es lo que hay" en el diario Clarín, y este miércoles lanzó una nueva edición. Sin embargo, sus viñetas provocaron el descontento de investigadores, docentes y defensores de las instituciones públicas.

Esta mañana el autor brindó explicaciones en un hilo de Twitter, cuyos argumentos se basaron en que los dichos controversiales no eran una opinión propia, sino que se trataba de la ironía del personaje.

Otra vez Clarín: repudio a una historieta de Horacio Altuna contra el Conicet

La tira de la discordia.
La tira de la discordia.

En las escenas aparecen dos personajes: “Ya es de noche, gordo. Ahora debe de estar cerrada la oficina”, dice uno de ellos.

”No importa, vamos igual…”, responde el otro, el personaje de la controversia.

“Queda lejos, tengo hambre”, protesta el primero.

”Vamos en taxi, te pago una cena…”, insiste el otro.

“Pero, ¿tenés guita? En serio…”.

“Claro, soy docente… Soy ñoqui... Estoy en el Conicet”, cierra.

Cualquiera sabe de sobra que a los docentes y los investigadores del Conicet viven ajustados, es decir, no es un secreto que no cobran un gran sueldo. Recordemos que, según su uso cotidiano, “ñoqui” es una persona que tiene un empleo público, pero no lo ejerce efectivamente y solo es vista en el lugar de trabajo “los días 29” para cobrar su sueldo.

El eco no se hizo esperar y el diálogo de la tira de inmediato generó reacciones adversas entre profesionales, que cuestionaron la frase.

El investigador Rodrigo Quiroga se pronunció al respecto diciendo: "Ayer salió está tira de @HoracioAltuna en Clarín. No lo conozco, no sé si es mala leche, ignorancia, o ambas cosas. Supongamos que es ignorancia. Lo invito a pasar una semana en cualquier instituto de CONICET, para que vea lo que significa hacer ciencia y docencia en Argentina".

Tras las explicaciones de Altuna, Quiroga eliminó el tuit y volvió a expresarse, ya más calmo: “Aclarado el tema de la tira de Altuna. No me parece bien que haya recibido insultos, obviamente, y quizás estemos demasiado sensibles con el tema. Es lo que ocurre tras ocho años de recibir insultos, acusaciones y amenazas”. Y agregó: “Yo no entendí la ironía (y sigo sin entenderla). Me parece jodido seguir repitiendo algo que lograron instalar muy fuerte (CONICET=ñoqui). De todas formas, por eso mi respuesta fue invitarlo a conocer un instituto CONICET, y no insultarlo ni nada por el estilo”.

 

¿Cuál es el punto? ¿A qué viene la malinterpretación? ¿se entendió que era simple ironía?

Desde ATE (Asociación Trabajadores del Estado) también se expresaron el jueves por la noche en un comunicado:

"Nuevamente aparece el discurso que intenta establecer un sentido común, dónde las y los trabajadores del Estado son ñoquis, ladrones, o simplemente no tienen sentido sus tareas. (...) —Este discurso— intenta instalar a trabajadores docentes y de CONICET como “ñoquis”, dando nuevamente señales de querer atacar todo aquello que pueda significar debate de idea, aportes a la autonomía económica y a la soberanía política.

Mientras tanto, La Nación posteó hoy un artículo en donde se limitó a señalar que la gente que se ofendió con Altuna no tiene comprensión de texto. Y, como si fuese un concepto para el que nadie tuviera suficientes luces como para comprender, detalló la definición de "ironía" en la nota.

Ironía o no, lo cierto es que no se trata de corrección política, como acostumbran a calificar algunos sectores, sino de no reproducir los dicursos que construyen una mirada perjudicial para el desarrollo del país y sus laburantes.

Mauricio Erben, profesor universitario de Física y Química e investigador del Conicet, lo explica mejor en su columna publicada en la Agencia Paco Urondo:

"Son las y los docentes que sostienen el derecho a la educación superior, que en Argentina es modelo de inclusión y de calidad. Son también las y los científicos, becarios, trabajados técnicos y administrativos que sostienen el funcionamiento del sistema nacional de ciencia y tecnología, realizando aportes que son importantes y reconocidos en tantísimas áreas: desde los barbijos y kits diagnósticos que usamos en pandemia, las centrales nucleares, radares y satélites, es el conocimiento de nuestra historia y problemáticas sociales, de la biotecnología y el desarrollo agropecuario, la producción pública de medicamentos, es Y-TEC dando respuesta a las necesidades energéticas, es conocer nuestro mar y la Antártida, es reforzar la cadena de valor del litio".

"Se trata también de plantear claramente de qué somos capaces de hacer como Nación soberana, de cómo pararnos frente al mundo actual. De animarnos a utilizar los conocimientos para valernos por nosotros mismos y desarrollar las capacidades que necesitamos para el desarrollo social y productivo, o si estamos condenados a ser productores de materias primas e importar los conocimientos que se producen y venden en países centrales. Se trata de soberanía o de dependencia", señala Erben.



Dejá tu comentario