El pasado jueves Luis Alberto Aguayo Barrios se recibió de "licenciade" en la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) con una tesis redactada y defendida en lenguaje inclusivo. La tituló: "Filosofía del lenguaje inclusivo, efectos performativos y posibilidades políticas a partir de Judith Butler".
Aguayo Barrios hizo su trabajo desde una perspectiva filosófica y política sobre el lenguaje inclusivo.
“Dado a que el lenguaje inclusivo es una crítica a las formas canónicas del lenguaje, la tesis tenía que ser escrita de otra forma. Fue un desafío”, dijo le licenciade.
El secretario académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJU, Carlos Alberto Albarracín, habló con Cadena 3 y declaró que Aguayo Barrios aprobó su tesis con 10 "y con todos los honores" y que su planteamiento se construyó a partir de esa cuestión de identidad".
Albarracín explicó que en la actualidad hay una resolución en la que los títulos se dan por licenciado y licenciada "y que esto tiene que ver con políticas de identidad de género", por ello la UNJu modificará la resolución vigente para poder otorgarle su título.
"Todavía no se ha emitido el título de Aguayo, cuando ocurra eso se va a enviar al consejo académico y luego al superior un pedido de resolución para hacerle el reconocimiento de género, para que su título salga con la forma de licenciade, porque esto es una cuestión de inclusión y de reconocimiento de las identidades de las personas", detalló.
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Además, reconoció que "es el primer caso donde tenemos que hacer este tipo de diferenciación". Sin embargo, afirma: "Tenemos a futuro muchas personas que van a requerir que la titulación se haga de acuerdo a su identidad de género".
Aguayo Barrios se mostró agradecide con todas las personas que apoyaron su trabajo, agradeció "a todes que sin saberlo pensaron conmigo, a toda esta bella comunidad filosófica que tenemos en Jujuy, profes, compañeres que siempre me aportaron un montón, a la militancia de Jujuy”.
Qué dice Butler acerca de la "performatividad del género"
Para la autora, para que algo sea performativo tiene que generar una serie de efectos. Las personas actúan, caminan y hasta hablan de maneras que consolidan la impresión de ser un hombre o una mujer. Se actúa como si ser hombre o mujer fuera una realidad interna, pero en realidad se trata de un fenómeno producido, reproducido y sostenido todo el tiempo.
Butler concluye que nadie es realmente un género, en principio, sino algo que se aprende socialmente. De allí viene la interpretación de que el género es en realidad una construcción social, sostenida institucional y socialmente.
Siguiendo ese hilo, Butler dice que el sujeto se constituye como tal al entrar en la normativa del lenguaje y que, por lo tanto, si no está incluido en las formas dominantes queda excluido. Es por ello que surge la necesidad de variar el lenguaje hacia formas nuevas que escapan a las tradicionales.
No obstante, no fue únicamente Butler quien sentó las bases del género como construcción social y de la necesidad de un lenguaje inclusivo; sus raíces también están en el anarquismo, el punk y el activismo queer.
