Las maricas que viven con VIH también hacen política
El escritor y periodista lanzó este mes su precandidatura a diputado por el PSOE, con la misión de visibilizar a las personas que viven con VIH en la política e impulsar la sanidad pública en España. Al mismo tiempo, publicó su primera novela titulada "De querer así".
Gustavo Pecoraro —o "La Peco"— es escritor, periodista, guionista y poeta, una marica que aúna los mundos de lo cultural y lo político, que tiende puentes entre el colectivo LGBTIQ+ y las personas cisheterosexuales. Uno de sus mayores reconocimientos es haber participado en la primera marcha del Orgullo (llamada 'Gay Lésbico' en ese entonces) en 1992 en Argentina. Por otro lado, es bien sabida su íntima amistad con Carlos Jáuregui, junto a quien incursionó en el activismo por la diversidad, camino que lo llevó a una lucha por visibilizar que las personas que viven con VIH —y con la medicación garantizada— pueden tener la misma calidad de vida que cualquier persona seronegativa.
Actualmente, Pecoraro vive en Madrid desde junio de 2021, aunque ya había vivido en esa ciudad entre 1998 y 2010. En relación con esto, se suman dos novedades: la publicación de su primera novela titulada "De querer así" y su precandidatura a diputado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a la Asamblea de Madrid.
Infonews tuvo el placer de conversar con Pecoraro acerca de todas estas cuestiones y más:
Infonews: Lanzaste tu precandidatura a diputado por el PSOE, ¿cómo se dio? ¿Qué te motiva y qué expectativas tenés?
Pecoraro: Era algo que no tenía planeado; si bien ya había participado de las primarias de Más Madrid en 2019 en las listas que encabeza Manuela Carmena, en ese momento fue algo propagandístico. Ahora fui propuesto por un grupo de personas que militan en el distrito Centro del PSOE y me pareció interesante desde el lugar de poder proponer una candidatura de una persona viviendo con VIH visible, que es una cosa poco vista, por no decir nunca vista.
Las expectativas son poder incorporar las características del tema VIH en una ciudad donde la Sanidad Pública está en peligro ya que la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (del Partido Popular) representante de la derecha española, quiere privatizarla y diseña políticas de recortes que atentan contra la salud gratuita y universal.
Las personas que vivimos con VIH y cualquier persona que necesita de atender su salud y recurre a la sanidad pública, sabe del valor y la necesidad de que la sanidad siga siendo para todo el mundo.
Pocos votos para mí en la interna de @psoe_m q encabeza @juanlobato_es pero ¡qué bien que me la he pasado!
— Gustavo Pecoraro ?? ????? #LaPeco ? (@gustavopecoraro) February 20, 2023
Lo bueno, como persona viviendo c/VIH pude llegar a ser candidato.
Lo mejor, como persona viviendo c/VIH seguiré visibilizándome en el @PSOE
Lo vital, vamos a ganar Madrid pic.twitter.com/uinwD0QZuq
In: ¿Qué sucedió con La Ley Trans?
Pecoraro: Finalmente, luego de varios años y muchos meses de negociación entre los partidos del gobierno (PSOE y Unidas Podemos) y las organizaciones trans y LGTBI, el Congreso aprobó la Ley Trans y de garantía de los derechos LGTBI que permite que las personas trans a partir de los 16 años puedan realizar su cambio de nombre y sexo (de acuerdo a su autopercepción y elección) en el Registro Civil sin ningún requisito. Incluye, por fin, la despatologización porque elimina los requisitos necesarios que existían y que requerían de un certificado médico que acredite una disforia de género y el tratamiento hormonal por dos años como mínimo.
Con este nuevo texto, bastará con que se solicite el cambio por escrito, sin necesidad de presentar pruebas ni testigos. Esta decisión deberá ser ratificada tres meses después y existe un plazo de un mes para su resolución. Es decir, durará unos cuatro meses. Por su parte, les menores de entre 14 a 16 años, podrán modificar su nombre y su identidad de género, pero deberán estar acompañados por sus padres.
España aprueba la Ley Trans que facilita lo administrativo para les jóvenes
En el caso de que alguien menor no cuente con el consentimiento de su madre o su padre, se nombrará un defensor judicial para resolver el conflicto. De 12 a 14 años también se puede modificar el género siempre y cuando el menor tenga la autorización de un juez, que examinará su madurez; mientras que los menores de 12 años no pueden cambiar la mención registral del sexo pero sí su nombre para ajustarlo al género con el que se identifica. Aún quedan cosas por hacer como el reconocimiento de las personas no binarias, pero es un logro importante ya que se acerca cada vez más a la Ley de Identidad de Género de la Argentina que el activismo LGTBI del mundo reconoce como vanguardia y referencia.
In: ¿Con qué empezaste a medicarte cuando te dijeron que eras seropositivo? ¿Cómo es la medicación actualmente? Imagino que su distribución en el mundo es desigual y que los países más pobres no tienen la opción de acceder a ella.
Pecoraro: Empecé con AZT, que era lo único que había en 1993. Luego pasé por diversos tratamientos. En estos momentos tomo Biktarvy (una pastilla por día).
La desigualdad que hacés referencia claro que tiene que ver con cuestiones de desigualdad económica entre países, pero también con los gobiernos dictatoriales o represivos que existen en muchos países. No es lo mismo vivir con VIH en la Argentina, en España, que en Rusia, Qatar, Nicaragua o Afganistán. Y ni te digo ya, donde la sanidad es privada como en EE. UU. u otros países.
Entonces, la importancia de llegar a generaciones libres del VIH también va a acompañada de que todo el mundo tenga el derecho humano del acceso a la medicación, a las pruebas médicas, al tratamiento, a la Prep; y que todo esto sea gratuito y parte de la sanidad pública.
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¿CÓMO?
In: ¿Cómo fue el proceso de entender que además de vivir con VIH también debías vivir con cáncer?
Pecoraro: Bueno, difícil, porque cuando me diagnosticaron cáncer ya vivía con VIH hacía 20 años y mi actitud militante me había llevado a entender muchas cosas.
Hoy, más allá del estigma y la discriminación que aún persigue a las personas que vivimos con VIH, al silencio que muchas personas que viven con VIH tienen sobre el tema, a pesar de todo lo malo, hay una certeza de que una persona que accede a su medicación y su tratamiento, tiene una calidad de vida igual a la de cualquier persona.
Cuando hablas de cáncer, la gente te mira diferente. Porque el cáncer está mucho más asociado con la muerte y la no posibilidad de tener medicaciones efectivas. Aunque las hay en muchos casos.
El cáncer es cáncer. No es una larga y penosa enfermedad. Hace ya varios años que muchas personas hay mostrado que se puede vivir con cáncer y se puede revertir el cáncer, aún y a pesar de la gran cantidad de muertes debido a ello. Lo importante es no tener miedo. Ocuparse y exigir atención sanitaria. Ir a consulta, escuchar a los profesionales sanitarios. Tomar conciencia de que cualquier experiencia que afecta a tu calidad de vida debes enfrentarla con la mejor onda. Esa es una sugerencia muy personal.
In: ¿Vas a venir a la Argentina presentar tu novela "De querer así"?
Pecoraro: Por ahora, no. La novela está teniendo una gran recepción en España, y tuvo muy buena participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, de México. Se vende en Argentina a través de Alamut Libros, pero presentación por ahora no. Mi idea es ir en noviembre para la marcha del orgullo y organizar unas presentaciones, pero hoy por hoy solo es un deseo posible.
In: Te leí muchas veces decir: "Las mariconas no somos varones". ¿Qué pensás que es ser un varón, y qué es ser una maricona?
Pecoraro: Reivindico mi derecho a ser una maricona (parafraseando a Susy Shock). No soy un varón. Odio que se me vea como un varón.
Esta idea viene del libro "Las lesbianas (no) somos mujeres. En torno a Monique Wittig", que me hizo pensar en el tema de la trampa del binarismo y cómo me encontré encerrado en un lugar que no me reconozco. Vos podrías decir que soy homosexual o gay, pero yo me siento mucho más cómodo identificándome como un o una marica, o un puto. Bien distante de lo que es ser un “varón”. La trampa del binarismo es que las casillas de 'varón' y 'mujer' dejan fuera no sólo a las personas trans o no binarias, sino a todas aquellas que nos sentimos maricas, o a aquellas que se saben tortas, lesbianas, o las formas de identidad que cada cual se construya. No soy una X, soy una marica. Quiero elegir más allá de una M o una V en un casillero, pero también más allá de una X.
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