El 8 de abril se cumplió un año de prisión preventiva para Estéfano González en el Centro Penitenciario Femenino de San Miguel, en Chile. El joven transgénero de 20 años se encuentra privado de su libertad tras defenderse de un ataque transodiante en 2022.
En la historia de Estéfano se involucran distintos personajes, un lugar público, insultos y golpes, un arma blanca y ocho puñaladas. La Justicia decidió omitir el descadenante del asesinato, los hechos previos a las puñaladas que propinó el joven que está actualmente condenado por homicidio. Lleva ya un año en la cárcel y varias organizaciones lo acompañan para que en la causa se respete la versión que sostienen Estéfano, su novia, su madre y un amigo que estaba en el lugar de los hechos: fue defensa propia.
Este es un caso que recuerda al de Higui en Argentina, la mujer que se defendió de un ataque lesbofóbico por parte de un grupo de hombres que trataron de someterla a una "violación correctiva" —es decir, un ataque sexual por ser lesbiana, orientación que los atacantes veían como una desviación—.
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La coordinadora Estéfano a la Calle, colectivo que brega por su libertad, denuncia una serie de irregularidades en su caso. El sistema judicial emitió un fallo sin perspectiva de género, lo que ha dificultado todavía más el panorama para Estéfano.
"La autodefensa es una práctica de grupos oprimidos que son violentados constantemente y en este caso es por la identidad de género", dice Alén, integrante de la coordinadora, entrevistado por Radiojgm.
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Los hechos
Estéfano se había encontrado en una plaza junto a su novia, Martina Adad Casanova, y un amigo, Diego Oyarzo, cuando dos personas les agredieron y, acto seguido, uno de ellos trató de herirles con un cuchillo. El joven logró tomar el arma y en defensa de su propia vida hirió de muerte a uno de los agresores.
Son muchas las organizaciones que denuncian graves irregularidades en el proceso que mantiene al joven privado de su libertad de manera preventiva mientras la investigación avanza con lentitud.
Desde la defensa denunciaron que no se tomó declaración a la novia ni al amigo de Estefano y además solicitaron que en este periodo de investigación Estefano pueda estar en su domicilio junto a su familia, la cual fue amenazada y hostigada por personas cercanas al agresor.
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¿CÓMO?
Los agresores eran conocidos de Estéfano: su exnovia, Rayén Valenzuela Vargas, con quien había salido durante el secundario, época en la que también consolidó su identidad de género y el papá de ella, Camilo Jara, quien falleció de ocho puñaladas propinadas por el joven.
Lo que la Justicia decidió omitir, es que Estéfano, su amigo y su novia estaban esperando a la hermana de este, a la salida del colegio. El grupo estaba sentado en el pasto frente a las estatuas de la plaza, cuando apareció un ruidoso vehículo Chevrolet Sail Rojo en el lugar. Era Rayén, junto a su mamá y su padrastro.
De acuerdo con lo que narraron Estéfano, Diego y Martina, tanto la joven como el papá se bajaron del auto e insultaron a la pareja. Luego Jaramillo agredió al joven y emitió insultos transfóbicos. También atacó al amigo, que huyó al instante.
Jaramillo extrajo de su auto un cuchillo e intentó herir al joven, pero este se lo arrebató y, cerrando los ojos, lo atacó en diferentes partes del cuerpo (cabeza, tórax y extremidades, causándole 8 lesiones en total).
Luego de aquello Estéfano y su novia huyeron, sin sospechar que el agresor podría estar muerto, y decidieron denunciar lo ocurrido en la comisaría. Sin embargo, una vez allí, le informaron al joven que ya tenían conocimiento de la situación y le notificaron que Camilo Jara había fallecido a las 17 horas y 35 minutos a causa de un «traumatismo torácico por objeto cortopunzante».
Desde ese día, Estéfano quedó en prisión preventiva luego de que el Ministerio Público desestimó que haya actuado en legítima defensa en la audiencia de formalización, argumentando que la cantidad de puñaladas desacreditarían esta versión, al igual que el testimonio de Diego Oyarzo, quien, según el persecutor, negó haber escuchado insultos transfóbicos.
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