El problema de la falta de visibilidad travesti-trans-no binaria

Personas travestis, trans y no binaries habemos en todas partes. El problema de la falta de visibilidad no radica en que seamos pocas, sino en que muches de nosotres no accedemos a los espacios de salud, educativos, de trabajo, de recreación, políticos y culturales. No se nos posibilita el acceso, a pesar de que haya una Ley de Identidad de Género (26.743) que lleva ya más de una década de vigencia.

Nuestro entorno sigue, muchas veces, sin estar capacitado en diversidad sexual y de género. Aún falta, falta que se cumplan muchos reclamos. Falta que una trava y un varón trans puedan tener un laburo formal, estable, para poder dejar de prostituirse como única vía de sustento. Falta que una persona no binaria sea reconocida en su existencia en el mundo burocrático, administrativo, porque ¿sabías que una X en el DNI puede ser más un obstáculo que una reivindicación? Falta corregir la desinformación y los mitos que circulan alrededor de cómo una persona travesti-trans vive, cómo coge, qué desea, a qué aspira, cómo cría y cuida a su familia e hijes.

Falta que podamos hacer nuestras vidas libres del transodio, de esa discriminación sistémica que lo impregna todo en mayor o menor medida. Es urgente y vital esto para que todes podamos responder que sí, cuando se pregunte lo más básico: "¿Conocés y te relacionás con alguna persona trans?".

Imaginate cargar con todo el estrés, los problemás económicos, sociales y ambientales con los que cargás a diario y, sumado a eso, la discriminación estructural —intencionada o no—, por pertenecer a un colectivo súper vulnerado. No es que salimos a reclamar por el cupo laboral y ya nos dan el empleo en blanco y todo: el sueño de todes, trans o no. No; en lugar de eso pasan años, pasan gobiernos, políticas que no sirven, y la confirmación de saber que una ley no hace magia. No hace magia, pero es el segundo paso para alcanzar la igualdad soñada. El primero es organizarnos como colectivo, y eso ya lo tenemos.

Ahora, imaginate todo y también llevar a cuestas la exigencia de ser el mejor en todo porque sos la única persona trava-trans que conoce tu entorno; entonces, tenés que superar las expectativas, porque representás al colectivo de algún modo. Eso que vean en vos, lo van a reconocer en las personas trans. Y esto lo menciono porque muchas personas me lo han contado, y yo mismo lo he transitado y me encuentro volviendo a ese lugar una y otra vez. Pero, si logramos acceder a todos los espacios, tanto el transodio como esas cargas van a disminuir drásticamente.

La Marcha contra los Travesticidios y Transfemicidios ya no va a ser necesaria el día que la auténtica visibilidad ocurra. No habrá activistas, caras visibles de la comunidad, asesinades como Diana Sacayán. No habrán pibes como Tehuel de la Torre que fue a buscar laburo y nunca volvió. No se les va a ocurrir agredirnos sexualmente y motivados por el 'morbo', la fantasía, la rareza y, por supuesto, la perversión.

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Así que sí, cuando veas a alguien que protesta porque a les trans "nos pagan las hormonas con sus impuestos", deciles que nosotres también trabajamos, en los márgenes casi siempre, pero trabajamos. Y que nos hormonamos porque es nuestro deseo, y otro tanto también porque nos metieron en la cabeza que tenemos que ser copias de una persona cis, porque sino "no estamos completos", porque sino, no somos ni lo uno ni lo otro, y no encajamos en ningún lado.

Y me parece que ser trans, trava y no binarie es justamente eso: no ser ni lo uno ni lo otro, salirse del binarismo de género, crear y reivindicar otra cosa y "que otres sean lo normal", como bien dijo Susy Shock.

Personas trans habemos en todas partes, para que lo compruebes te dejo acá abajo un archivo audiovisual que le pertenece a SIGLA.

 

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