Alejandro Chomski y Paul Auster entre las sombras de la represión

Había dejado la vara alta Alejandro Chomski con su último trabajo como director y guionista, Dormir al sol (2012, basado en la novela homónima de Adolfo Bioy Casares). Pasó una década desde aquel film de climas y personajes pero, sobre todo, de narración sostenida con buen pulso, hasta el estreno en Argentina de El país de las últimas cosas (realizado en 2020 y pospuesto hasta hoy, pandemia mediante), adaptación de la novela del mismo título escrita por Paul Auster y con guion conjunto entre el propio autor y Chomski.

El ecocidio de la quema de tierras retratado en "Bajo la corteza"

El país de las últimas cosas es uno sin tiempo ni ubicación geográfica. A poco de comenzar se nos hace conocido el clima de opresión y se nos dibuja la silueta de una Argentina que parece remixar recuerdos de los tiempos de dictadura militar con los de fines de 2001 (esto último es lo que conectó el director cuando leyó la novela original en 2002) aunque el link nos llega más por familiaridad que por referencias directas; no hay aquí Obelisco ni Falcon verdes, ni slang de represores ni Plaza de Mayo ni De la Ruas.

En el film de Chomski (y Auster) se nos plantea el derrotero de Anna (Jazmín Diz), quien busca a su hermano desaparecido. En el camino la protagonista conoce a un periodista, Sam (Christopher Von Uckerman), con quien inicia una relación a través de la cual intentan sobrellevar el contexto de desolación en el que se mueven.

En blanco y negro, con más de una saludable deuda con Invasión (Hugo Santiago, 1969), tan sin tiempo como la ciudad en modo Nowhere que se nos muestra a través de logrados planos generales así como otros en los que los detalles son centrales (van nuestros aplausos a los trabajos de arte, foto y posproducción), El país de las últimas cosas es también un lienzo para contar una historia del terrorismo de Estado.

El texto narrativo de la película es sólido en su planteo ficcional, que traza una línea en la que se conectan temores transversales y un estado de alerta permanente, la paranoia y la angustia de un futuro a cortísimo plazo y una misión contrarreloj. La pericia del texto original y la adaptación a la pantalla se llevan muy bien, incluso mejor que la realización en si con algunas de las interpretaciones, sobre todo en los roles principales.

Párrafo aparte para la gran María de Medeiros (Henry y June, Pulp Fiction, Babel), quien le pone el cuerpo y su capacidad interpretativa al personaje más luminoso del film.

El país de las últimas cosas. Argentina / República Dominicana, 2020. Dirección: Alejandro Chomski. Guion: Alejandro Chomski, Paul Auster. Dirección de Arte: Ginna Ozuna. Diseño de Producción: Wilhem Perez. Fotografía: Diego Poleri. Montaje: Andrés Tamnborrino. Música: Cristian Basso. Elenco: Jazmín Diz, Christopher Von Uckerman, María de Medeiros, Margaux Da Silva.