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Represión y detenciones en la puerta del Incaa

Habría, al menos, cuatro personas detenidas tras un violento operativo policial que golpeó a quienes se manifestaban en la puerta del Instituto del Cine pidiendo el cambio de su dirección.

La Policía de la Ciudad de Buenos Aires reprimió esta tarde a trabajadores de la industria del cine que se manifestaron en la puerta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) en contra de la gestión de Luis Puenzo.

Con una orden judicial en mano, los efectivos tenían el propósito de liberar un carril de la calle en la que funciona el organismo y que en ese momento estaba siendo tomada por quienes estaban protestando. Pero todo terminó en represión y detenciones que sería, al menos, unas cuatro. 

Los enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre las fuerzas policiales locales y medio centenar de manifestantes se desarrollaron a raíz del corte total de la calle Lima, que bordea a la Nueve de Julio.

Diferentes actores del sector audiovisual convocaron a una concentración que se desarrolló esta tarde en la que se exigió la renuncia de Puenzo y, mientras ocupaban la vereda y parte de la calle, la Policía arremetió contra los manifestantes. Hubo empujones y gritos y algunos manifestantes terminaron dentro de un patrullero.

El principal descontento con la gestión del cineasta es con la no modificación del Plan de Fomento, "impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA".

En el lugar se hizo presente Tristán Bauer, ministro de Cultura de la Nación, como parte de la gestión a la cual reporta el titular del Incaa. Lo hizo en momentos que el Instituto permanecía impermeable tras los incidentes con la Policía y mientras trabajadores y trabajadoras reclamaban por las detenciones. 



Los organizadores de la manifestación añadieron que Puenzo "no llevó adelante políticas que impulsen la producción de cine en las Provincias", según aseguró el Colectivo de Cineastas a través de una carta abierta que envió al ministro de Cultura, Tristán Bauer.

"El cine está atravesando un momento realmente crítico y preocupante, por un lado en diciembre de este año caducan los impuestos asignados a Cultura y esto impacta directamente en el cine, el teatro y la música", explica la productora Paula Orlando, miembro del Colectivo, en comunicación con Télam.

"Si solo dejamos a grandes plataformas producir contenidos, estamos hablando de la pérdida de miradas, de la pérdida de identidad, de la pérdida de soberanía cultural -y agrega- por otro lado nos enteramos de un decreto impulsado por la actual gestión del Incaa propone limitar los subsidios que recibe el cine volviéndolo más excluyente".

La carta de la entidad también enumera otras razones por las cuales cuestionan el funcionamiento del Incaa: "No estableció ninguna medida tendiente a revertir las enormes desigualdades de género a la hora de dirigir u ocupar roles centrales en los equipos técnicos, no se puso a la cabeza ni acompañó el reclamo del sector por la inminencia de la caducidad que implica el desfinanciamiento del área que conduce y se limitó a pedir en una reunión que crucemos los dedos para que salga el proyecto de ley del diputado Pablo Carro", en referencia a la iniciativa del legislador para extender el fondo de fomento más allá del 2022.

Además agregan que se desfinanciaron los festivales nacionales, no se impulsó la red de Espacios Incaa y tampoco se puso en marcha la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cineain), entre otros reclamos.



Por su parte, el director Fernando Krichmar, integrante de Documentalistas Argentinos (DOCA), señaló: "Movilizamos al Incaa exigiendo la renuncia de Puenzo porque creemos que ya pasó un tiempo prudencial y ha demostrado realmente una gran insensibilidad hacia el cine independiente".

El documentalista explica que Puenzo, "no nos convoca al Consejo Asesor que es su obligación y ha presentado un proyecto de Plan de Fomento que ahonda la crisis en la que nos metió el macrismo, que tiene que ver con fortalecer el cine como un negocio y entretenimiento y prácticamente eliminarlo como parte de un proyecto cultural".

En ese sentido Krichmar sostuvo: "Creemos que el estado debe garantizar la producción, la distribución y la conservación de un cine que aporte capital cultural, diversidad de miradas y que tenga una producción que no esté ligada a los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras".

En su comunicado, el Doca agrega otros cuestionamientos a las políticas llevadas adelante por el Incaa, como la "falta de llamado a concursos y convocatorias para operas primas", la ausencia de "políticas de fomento federales, de ficción y animación" y el incumplimiento "de la cuota de pantalla".



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