Sin la presencia en el estadio de un infaltable en estas ceremonias desde hacía cuatro décadas (claro, hablamos de Diego Armando Maradona) Qatar dejó formalmente inaugurada este domingo la Copa Mundial 2022 de la FIFA con una ceremonia austera y breve, marcada tanto por algunos gestos de "inclusión" como la presencia de un joven que no tiene la parte inferior de su cuerpo, como por una situación social y política en el país que anula derechos fundamentales de la población, sobre todo en relación a la libertad de las mujeres y las minorías.
El acto, de estricta media hora de duración, mostró un fuerte protagonismo del dictador local, el emir Tamim bin Hamad Al Thani, quien compartió el palco de honor junto al presidente de la FIFA, el cada día más cuestionado Gianni Infantino.
La máxima autoridad del emirato habilitó al comienzo de la ceremonia con un saludo por las pantallas gigantes y dio paso al cierre con fuegos artificiales tras un discurso de bienvenida que despertó el saludo de un público, de predominio musulmán.
La fiesta se articuló con la actuación del actor estadounidense Morgan Freeman y el influencer local Ghanim Al Muftah; una coreografía de voluntarios que evocó la historia de los Mundiales y homenajeó a los seleccionados participantes y la interpretación vía playback del popular cantante surcoreano Jung Kook, de BTS.
Luego de la apertura, que cerró con infaltables fuegos artificiales, jugaron la selección local, Qatar, y Ecuador, en un partido que, en lo que a fútbol refiere y más allá del 2-0 a favor de los latinoamericanos, estará lejos de quedar en los anales de la historia mundialista.
¿Lo mejor de la fecha? Que faltan menos de 48 horas para el debut de la selección argentina.
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