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Sin brillantina pero con guitarras perfectas, Primavera Sound debutó en Buenos Aires

Road to Primavera Sound se lució como antesala de lo que llegará en noviembre: una primera edición en nuestro país del festival que enamora al público indie. Pixies y Jack White demostraron por qué son autoridad en la materia.

En la historia de los festivales locales tuvimos a unos que regaban pelucas de colores para que la foto sea distinta a todo, también están los que programan shows con fuego, papelitos brillantes y coreografías infalibles. Pero lo que pasó ayer en Costanera Sur fue otra cosa: cuatro bandas que mostraron unas cuatro caras del rock, del indie, que tienen equipos de guitarra y bajo como única escenografía y pantallas que si bien tenían una función estética no fueron una exageración pop en ningún momento. 

Primavera Sound es un festival distinto. Tiene su sello y trayectoria. Por eso el arribo a nuestro país generó expectativas para quienes lo pudieron vivir en su Barcelona natal pero, muy especialmente, para quienes no habían podido visitar Europa y querían sentir más cerca a uno de esos encuentros históricos donde suenan bandas amadas por distintas generaciones. La productora DF y la plataforma Flow (de Personal) fueron quienes tomaron la posta y se pusieron manos a la obra para concretarlo.

Entre la opulencia de los edificios de Puerto Madero, la reserva ecológica junto al río y el Barrio Rodrigo Bueno como vecino directo que -seguramente- escuchó todo desde afuera, este viernes 14 de octubre se realizó Road To Primavera Sound, el primer bocado que nos ofreció el festival en su arribo a la Argentina.

"Cuando en algunas notas nos preguntaban sobre nuestras bandas de referencia siempre dijimos Pixies y es por eso que estoy nerviosa: vamos a abrir el primer día del festival el día que tocan los Pixies. No caigo", confesaba Anabella Cartolano un día antes. Y, claro, la ansiedad estaba justificada: Las Ligas Menores pasará a la historia como la primera banda que abrió la primera jornada de Primavera Sound Buenos Aires. Pero la historia dirá, también, que estuvieron a la altura de las circunstancias. 

La gente entraba al predio agitando los brazos como si estuvieran en la cancha. La banda estaba haciendo sus primeros temas, el predio gigante estaba lleno de sol y de a poco se comenzaba a poblar. La cantante se mostró feliz y agradeció varias veces: "Qué bueno verles entrar haciendo así con los brazos. Gracias por venir temprano y acompañarnos". 

El pogo, tímido, se asomaría de a ratos toda la noche. Seguramente fue más fuerte la última hora y media, cuando Jack White coronaría todo con su contundente pasada. Pero de eso hablaremos luego. 



Con unas 15 canciones en su lista, pasó Las Ligas Menores. Después subió Cat Power, "the lady in red". Una pantalla roja eléctrica y furiosa  con el logo de la banda en blanco fue la única visual de todo el show que brindó la banda liderada por Chan Marshall. Las luces también estuvieron fijas en un rojo intenso. 

La invitación de Cat Power seguramente fue todo lo opuesto a lo que pensamos cuando pensamos en un festival: acordes menores, una voz suave (cuidada por un tesito al que la cantante recurrió en varios tramos del show) y un vínculo con el público totalmente alejado a esas arengas de artistas que saltan todo el show con una camiseta de Argentina puesta como si fuera una obligación.

Domadora de su propia timidez, usando quizás un poco de autotune (pero no como lo hacen en el mundo del trap sino como una textura), la cantante de Cat Power aportó el toque exacto de lo que espera gran parte de la escena.



Podemos decir, sin miedo de equivocarnos, que la escena indie es una de las más fuertes en la Argentina: las bandas tienen un sonido identitario y una manera de producirse; uno de los sellos que tiene como cabeza a la banda de La Plata faro del movimiento cuenta con un catálogo curado y la gente sabe qué esperar cuando un disco sale desde allí; pero también hay una estética clara en la tribu que acompaña a las bandas porque sin ser grotesco y caricaturesco es notable su forma de vestirse y moverse. Todo eso se vio ayer: más en las dos primeras bandas de la tarde/noche y más entre las personas que compraron sus entradas para estar.

"Esta noche vamos a bailar", había dicho Cartolano antes de bajarse y tuvo razón. Las canciones de Pixies hicieron que el público aunque tranquilo no parara de moverse. Habían ido a comprarse café o unos panchos, claro, porque la noche estaba en avanzada y la cercanía al río acentuó un frío que, para la mayoría, se presentaba como inesperado. 

La banda emblema, la que inspiró a muchas otras, se adueñó de la atención de todo el predio que, para ese entonces, estaba mucho más nutrido de personas. Hicieron un repaso del famoso disco “Doolittle” y lo mecharon con las canciones del disco que estrenaron hace semanas (“Doggerel”). 

Francis Black, la argentina Paz Lenchantin, Joey Santiago y David Lovering hicieron lo que mejor saben: canciones ejecutadas sin fisuras para hacerse cargo de la autoridad con la que se suben a los escenarios. Fue, claro, antesala de un cierre más estruendoso de la mano del ex The White Stripes, Jack White. ¿Acaso dónde están quienes dicen que el rock ha muerto? Durmiendo, seguro. 

Como si fuera un trago fuerte salido de una coctelera furiosa en la que se incorporaron partes de hard rock, música country y hasta algo de rockabilly con una gran parte de lo que se podría denominar como "sonidos modernos", la performance de Jack White hizo olvidar a todo el mundo el día, horario y hasta las bajas temperaturas. 

Las pantallas son parte de su espectáculo y por eso fue en el momento de la noche en el que dejaron de ser un condimento más para ser protagonistas. El pogo que había empezado tranquilo en una tarde de sol primaveral con Las Ligas Menores se puso más robusto y la noche cumplió con las expectativas de la audiencia presente. 

Road to Primavera Sound es un primer aperitivo. Luego se espera una noche con Björk como bienvenida a dos noches más, todas en el mismo predio de Costanera Sur, que tendrá una grilla nutrida y que incluye tanto a Hernán Cattáneo como a Arctic Monkeys, pasando por un set solista de Santiago Motorizado, cabeza del indie local que inspiró, incluso, el nacimiento de bandas españolas como Carolina Durante quienes también dirán presente, tal como los Derby Motoreta's Burrito Kachimba que mezclan rock andaluz con psicodelia y muchas bandas más entre locales e internacionales que dan vida a un lineup de un festival distinto recién parido en estas tierras pero que tiene décadas de hacer las cosas bien. 

ALGUNAS CANCIONES QUE SONARON 

En el show de Jack White: “Fear of the Dawn” , “Talking Me Back” o “What´s the Trick?”, “Seven Nation Army”, “Fell in Love with a Girl”, “Steady, As She Goes”, “I Cut Like a Buffalo”.

En la setlist de Pixies:  “Debaser”, “Gounge Away”, “Hey”, “Monkey Gone to Heaven”, “Wave of Mutuation”, “Where´s is my Mind”, “Here Comes Your Man”. 

Cat Power nos regaló: “Say”, “The Greatest” y “Unhate” y versiones irreconocibles de “New York, New York”, de Frank Sinatra, y "Satisfaction (I Can´t Get No)”, de sus majestades satánicas The Rolling Stones.

Las Ligas Menores abrieron la tarde con una lista que incluyó momentos altos con "Nieve", "Hice todo mal", "Renault fuego", "Crecer" y "Ni una canción".

 

 

 

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