Como en casa: Primavera Sound Buenos Aires arrancó con los tapones de punta

Tocó una hora entera y en algunas de sus canciones pensamos ¿acaso hay algo de Él  Mató en esto? Sí, claro: en una de sus letras habla de ir a ver a los motorizados y, además, Santiago fue productor de su primer disco. Ella tiene un fuerte link con el indie argentino pero no es líder de una típica banda del género. No. Ella es algo más porque levanta en su voz la bandera de su Pamplona natal. Amaia fue revelación años atrás por haber ganado un concurso de tevé y hoy se posiciona como uno de los principales atractivos de festivales como el Primavera Sound Buenos Aires.

Son las cuatro de la tarde y la resolana mata un poco. Estamos en el predio de Costanera Sur por la primera edición del PS en nuestro país. El festival, uno de los más prestigiosos de todo el mundo, está celebrando sus 20 años y lo hace desembarcando en Latinoamérica: ya pasó por Brasil y después de la Argentina cerrará con Chile.

El público es, como en todo este tipo de eventos masivos, diverso en edad, looks y emociones. Hay pibis que saltan de alegría y cantan mientras graban con el celular. Hay otras personas que miran quietas y simplemente aplauden. También hay mucho glitter por un lado y remeras de Messi por el otro porque el Mundial está a la vuelta de la esquina y todo es buena excusa para hacer la previa.

Amaia agradece y promete volver a un Buenos Aires que -dice- le encanta. Arriba del escenario tiene una banda con equidad de género y, también, un equilibro entre instrumentos orgánicos como efectos de máquinas. Usa pistas de voz para dar matices, pero sus cuerdas vocales terminan siendo el centro de todo.

El show de Amaia es uno de los tantos que hay en los múltiples escenarios del PS. Ella estuvo en el Heineken, a pasos de la entrada de lo que es el espacio de Axion dedicado a la electrónica y al lado de uno pequeño que plantó el gobierno porteño para que toquen las bandas seleccionadas en la Experiencia Emergente. Las marcas Flow y Samsung tienen los escenarios principales, pero también hay uno que se llama simplemente “Primavera” y uno último que reza “Nobody is normal”. Y pues claro que no que somos normales, somos miles de personas que se juntan a escuchar bandas que adoran y unas tantas otras que hasta ese momento eran desconocidas por completo. La música y las ganas de divertirse es la propuesta.

Hay espacios de descanso, un VIP que permite ver desde las alturas a distintos escenarios al mismo tiempo, puestos de comida de todo tipo y carritos de frutas. El cuidado de la limpieza parece ser central y no solo hay tachos por todos lados en donde se separa la basura de lo reciclable, sino que también hay personas caminando recolectando lo que ven en el suelo que (al menos en las primeras horas es poco). Hay puntos de informes y también puestos de hidratación gratuita.

En el lineup encontramos desde bandas indie como Niña Lobo a raperos del conurbano como El Doctor. También hay bandas que tienen sonidos funk mezclados con el dominante pop de casi todas las propuestas. Esa grilla de artistas siempre fue uno de los puntos fuertes del Primavera Sound y tanto Amaia como Los Planetas sirvieron como una suerte de puente con su España natal.

El rock de guitarras de los cinco españoles llega junto al anochecer. Tocan una hora y van sumando público con cada canción. Invitan al cantante de Julen y la gente sola para uno de sus últimos temas, hacen la misma canción que Amaia reversionó en su propio setlist y meten un cover de Los Faunos, la banda platense que tocará el domingo. Pero para esa jornada aún falta bastante porque al sábado le restan los recitales de Charli XCX, Hernán Cattáneo, Travis Scott, Miranda! Y un cierre con Damas Gratis y L-Gante.

 

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