Luego de las protestas por la muerte de Mauricio Castillo, el hombre que "apareció" ahorcado en una comisaría de Lomas el domingo, efectivos de la Policía Bonaerense entraron violentamente al kiosco de una estación de servicio de la zona y golpearon y detuvieron a amigxs y familiares del hombre fallecido.
El accionar policial, aunque no sorprende, no es casual. Mientras la reiterada versión oficial sostiene que Mauricio se suicidó en la comisaría tras ser detenido -siempre según la versión de los efectivos- por un robo, la familia y lxs amigxs niegan rotundamente esa hipótesis y aseguran que lo mató la misma Policía.
El domingo a la mañana, este hombre de 41 años fue a realizar un trabajo de plomería y antes de volver a la casa quiso ir a una panadería, pero no llegó porque la policía lo interceptó y lo detuvo, dado que supuestamente tenía la misma vestimenta que habían descrito en esa zona unas personas víctimas de un robo.
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Esa noche, Mauricio tuvo el mismo destino, la misma -mala- suerte que corren quienes "aparecen muertos" en una comisaría, y las respuestas oficiales son siempre de manual: "se suicidó". Pero ¿quién se suicida en una comisaría cuando el plan de su día era comprar algo de pan y quizás facturas para llevar a su casa después de trabajar?
Familia de joven muerta en comisaría duda de la versión policial de suicidio
La cercanía con el caso de Luciano Arruga es abrumadora. Mauricio murió ahorcado en la misma seccional en la que en 2008 fue detenido y torturado el joven que desapareció en enero del año siguiente, tras volver a ser apresado en esa misma jurisdicción, y finalmente fue hallado muerto en 2014, como NN, en el cementerio de Chacarita.
Mauricio murió, puntualmente, en la Comisaría Distrital Noreste Segunda de La Matanza. El ex destacamento donde torturaron a Luciano dependía de esa misma comisaría.
La familia denuncia que a Mauricio lo mataron, la Policía habla de suicidio y amenaza, reprime, detiene y golpea. Siempre igual.
