Varias fueron las tragedias ferroviarias que ocurrieron en nuestro país. La peor de la que se tenga registro fue en 1970, donde murieron 236 pasajeros de los 1090 que viajaban en "El Zarateño" con destino hacia Retiro.
Eran cerca de las 20 cuando el tren se detuvo cerca de la localidad de Benavídez por desperfectos técnicos. Simultáneamente, venía desde Tucumán hacia el mismo destino el tren N° 1016, "Estrella del Norte", que había partido hacia Buenos Aires el día anterior.
El choque produjo la mayor tragedia de la historia ferroviaria argentina. Hubo 236 muertos. El tren de Tucumán venía a toda velocidad cuando sus dos locomotoras se incrustraron en los últimos vagones del Zarateño.
Homenajean a las víctimas de la tragedia de Once a 12 años del choque
El 25 de febrero de 1978, un camión con acoplado chocó contra una formación del tren "Estrella del Norte", hecho que provocó la muerte a 55 personas.
Anteriormente, el 16 de enero de 1935, 18 obreros murieron luego de que el tren en que viajaban cayera a un río en Frías, Santiago del Estero.
Entre los más recientes, el 9 de marzo de 2008, 17 personas murieron y más de 60 resultaron heridas después de que un tren chocara contra un ómnibus en el cruce de las rutas 2 y 63, a la altura de la ciudad de Dolores, en la provincia de Buenos Aires.
La tragedia del 13 de septiembre de 2011, por otra parte, dejó un saldo de once personas y alrededor de 200 sufrieron heridas a raíz de un choque entre dos trenes de la línea Sarmiento y un colectivo que había cruzado con la barrera baja, en el barrio porteño de Flores.
Anteriormente, el 3 de marzo de 2004, una camioneta tipo combi chocó contra un tren de carga en General Pinto, explotó y se incendió: murieron 10 personas.
El 2 de noviembre de 2011, seis niñas y dos docentes de un colegio católico de San Luis murieron y otras 41 personas sufrieron heridas cuando el ómnibus en que viajaban a un retiro espiritual fue embestido por un tren de carga en un cruce vial en la ciudad de Zanjitas.
Las barreras no respetadas fueron históricamente un sitio de tragedias como cuando el 25 de octubre de 1998, siete personas que regresaban de una boda fueron arrolladas en Florencio Varela, sur del Conurbano, o el 28 de enero de 2007, seis jóvenes fallecieron luego de que el auto en que viajaban fuera embestido por un tren al cruzar con la barrera baja en Los Polvorines. También el 18 de junio de 2006, una formación impactó contra un colectivo que cruzó con las barreras bajas en San Miguel, donde murieron seis pasajeros.
Las formaciones detenidas en las vías y la falta de comunicación ocasionaron accidentes como el del 16 de febrero de 2011: murieron cuatro personas y más de un centenar sufrieron heridas cuando una formación de la empresa Ferrobaires que se dirigía a la ciudad bonaerense de Junín chocó con un tren de la empresa San Martín que permanecía detenido en cercanías de la estación San Miguel.
La tragedia de Once
Sobre las 8:32 de la mañana del 22 de febrero del 2012 un tren perteneciente a la concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA) impactó contra el parachoques del andén en la plataforma n°2 de la estación de Once ya que no pudo podido frenar, era la formación, matrícula 3.772 y chapa 16, que cubría un trayecto de la línea Sarmiento. Murieron 52 personas y hubo 789 heridos.
El asesinato de Mariano Ferreyra
En el 2010, el joven militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra, quien acompañaba la marcha de trabajadores tercerizados que decidieron ocupar las vías del Ferrocarril Roca, a la altura de la estación Avellaneda, fue asesinado y los hechos se registran como parte de la tragedia de los trenes en Argentina.
La tercerización, a 13 años del crimen de Mariano Ferreyra
La protesta había sido convocada para reclamar el pase a planta permanente de 1500 empleados y la reincorporación de algunos despedidos.
Una patota de la Unión Ferroviaria dirigida por Pablo Marcelo Díaz que había sido reclutada en talleres de ferrocarriles y en Constitución atacó a los manifestantes, que fueron agredidos a balazos mientras se desconcentraban y el militante del PO fue baleado por Cristian Favale y Gabriel “Payaso” Sánchez.
Estos últimos fueron condenados como autores materiales del homicidio a 18 años de prisión, mientras que el jefe de la patota, Pablo Marcelo Díaz, recibió la misma pena de 18 años de prisión. Pero detrás del crimen estaba José Pedraza, el titular de la Unión Ferroviaria.
Pedraza tuvo un rol activo como autor intelectual del ataque a los tercerizados aquel 20 de octubre de 2010. Desde los 90, fue cómplice de las privatizaciones menemistas, que lo transformaron en empresario.
