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Orgullo de madre: el recuerdo de Delmira para Julio Cao

Su hijo fue voluntario de Malvinas. Era profesor de lengua y estaba a punto de ser padre cuando decidió ir a defender a su país. Pese a la negativa de su madre, prefirió transmitir un mensaje de amor a la Patria a sus alumnos. En la actualidad, la escuela en la que trabajaba lleva su nombre.

Julio Rubén Cao era profesor en la escuela primaria 32 de Laferrere, la guerra lo encontró enseñando Lengua a sus alumnos de tercer grado y a punto de ser padre cuando decidió ir como voluntario a defender el territorio argentino. Tenía sólo 21 años. El 12 de abril de 1982  partió hacia Puerto Argentino junto al Regimiento de Infantería Mecanizado N° 3 del Ejército. Esa fue la última vez que su familia lo vio.

Delmira Hasenclever de Cao, su madre, tiene en la actualidad 85 años, lleva transitando el dolor de la guerra hace 40 años. Pero ese dolor, con el paso del tiempo se fue convirtiendo en orgullo. Ella no quería que Julio vaya a la guerra.

En diálogo con Infonews, recordó ese momento: “Él no vaciló en ir porque amaba la Patria, amaba a los niños del colegio, amaba la bandera. Eso fue lo que me hizo a mí seguir. Yo no quería que fuera porque iba a tener un hijo,  la mujer estaba de cinco meses embarazada pero no me hizo caso”, afirmó.

El diálogo que tuvo con Julio sigue marcado a flor de piel en Delmira: “Yo le dije ‘Julio, no vayas, vas a tener un hijo’ y me respondió ‘no, mamá… te parece a vos que voy a sentarme en una escuela, en un escritorio frente a mis alumnos a hablarle de San Martín y Belgrano si hoy me meto debajo de la cama’” a lo que Delmira agregó: “Si pero a vos no te llamaron, no tenés que ir” y la respuesta de Julio fue tajante: “Pero mis compañeros van todos. Yo voy a ir y voy a volver y voy a contar la verdadera historia de Malvinas”.

“Yo luché muchos años, amé la causa Malvinas, amé a los veteranos de guerra, sinceramente no hubiese podido vivir si no hacía algo. La guerra no me llevó solamente a mi hijo Julio, al maestro, me llevó a mi esposo atrás y a otro hijo de 26 años más. Me quedé con dos mujeres”, señaló Delmira, quien decidió estar y contener a los veteranos que habían vuelto de la guerra.

“Nuestros veteranos tienen que ser reconocidos como héroes de la Patria, como lo que son. Las Malvinas un día van a ser recuperadas por medio de la paz y el entendimiento de los pueblos de nuestros hermanos latinoamericanos, no con guerras”, remarcó.

 

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Por último, revalorizó el rol de los veteranos para malvinizar y mantener vivo el espíritu de Malvinas: “Nuestros hijos ya no están pero los veteranos sí están y luchando por la causa Malvinas y por sus compañeros que quedaron allá”, sostuvo.

En 2018, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de Julio Cao enterrados en el cementerio de Darwin.  Delmira pudo viajar a las islas y visitar el lugar en 2019 junto a una hija y su nieta Julia, la hija de Julio que nació dos meses después de terminada la guerra. Allí yacen los restos de Julio. El poder haber llevado unas flores y saber dónde está su hijo calmó un poco su dolor.

Julio pensaba en volver y contar la verdad sobre Malvinas en un libro, desde las islas le escribió una carta a sus alumnos que se convirtió en su legado. La escuela donde trabajaba hoy lleva su nombre. Julio no pudo volver, cayó en combate el 14 de junio pero su nombre y su historia perdurarán por siempre.



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