Odio a las infancias trans en la sede del INADI de San Luis
La delegación del INADI en la provincia de San Luis amaneció pintada con expresiones de odio hacia las infancias trans. Es el cuarto ataque en los últimos dos años que sufre esta dependencia.
La delegación de San Luis del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) amaneció este lunes con expresiones de transodio en su fachada. El ataque se suma a otros tres ejecutados siempre por los mismos sectores antiderechos, y con los mismos mensajes de odio y violencia contra el colectivo travesti-trans.
En lo que constituye el cuarto ataque que padece la delegación en el último tiempo, la nueva pintada violentó directamente a las infancias trans con la frase: "Infancia 'trans' es pedofilia".
Con anterioridad, la delegación había sido vandalizada de otras formas. La última de estas había sido una pintada sobre un mural en homenaje a la activista trans Claudia Pía Badaracco —activista por los derechos LGBTIQ+, fundadora de ATTTA y presidenta de la FALGBT—, realizado en el marco de la jornada por la promoción de los derechos de las personas trans. En otra ocasión también incendiaron la bandera trans y la ataron en las rejas de la delegación acompañada de mensajes de odio.
Instancias de expresión transodiante no faltaron, pero el INADI de San Luis no se da por vencido: tiene a su cargo a María José Ochoa, activista trans, y antes de ella tuvo como titular también a una mujer trans.
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Desde el organismo se radicaron las denuncias correspondientes para impulsar el procedimiento de investigación necesario para identificar a los autores.
Ochoa se pronunció al respecto: “Repudio enérgicamente el ataque hacia nuestra sede. Claramente un sector social y político encarna los discursos de odio que circulan en medios y redes sobre la población LGTBI+ y particularmente la travesti-trans. Los llamados de atención y la tarea de sensibilización que venimos realizando evidentemente no son suficientes para entrar en diálogo y lograr el respeto de estos sectores: necesitamos políticas públicas y un accionar efectivo de la justicia de manera que nuestra sociedad avance en la no discriminación y la no violencia”.
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Nuevamente la delegación del @inadi en San Luis fue vandalizada con un mensaje de odio contra las infancias trans. Llamamos a la reflexión y al cese de estas prácticas antidemocráticas.https://t.co/BqkWIK4Esu pic.twitter.com/45CR6tD61N
— ? Victoria Donda Perez (@vikidonda) December 26, 2022
El mensaje conlleva una triple estigmatización. Las primeras dos, claramente evidentes: el colectivo travesti-trans en general y las niñeces trans en particular. Pero, para peor, comprende una tercera: asociar la pedofilia, un trastorno que implica sentir excitación sexual por niños, con la pederastia, el acto de abusar de niños —que no deriva exclusivamente de la pedofilia—. Y, por supuesto, el quid de la cuestión es la asociación entre este repudiable delito con la identidad de género de une niñe.
Sí, les niñes tienen identidad de género; como todo el mundo, sin importar su edad. Negarlo es negar la esencia misma de la identidad, y la identidad es un derecho. Negarlo implica una vulneración al derecho y, por tanto, un delito.
El artículo 2 de la ley 26.743 de Identidad de Género expresa: «Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo». Esto aplica a personas cis (cuyo género corresponde con el asignado al nacer) y trans (cuyo género no corresponde con el asignado).
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No es novedad que las niñeces se vean incomprendidas, que sus voces, sentires y deseos no sean escuchados ni respetados. Lo mismo sucedió con las niñeces que gustaban de su mismo género; se decía que habían sido abusades.
Por suerte, con la implementación de la ESI en muchos espacios, esta creencia se diluye cada vez más. El pensamiento de una niñez no puede verse doblegada, limitada o castigada por la de un adulto. Las convenciones en beneficio de las infancias lo desaprueban y condenan. La sociedad misma lo rechaza un poco más cada vez. Sin embargo, no importa que haya o no una persona trans en la vida de alguien; sería ideal que todes comprendamos que con les niñes, no. No a coartar sus libertades, no a limitar sus expresiones, no a impedirles ser.
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