La tragedia humana de los pueblos en medio de las guerra no debería tolerar nunca más los pasos de comedia 'de liquidación y saldos' que los -en teoría- dirigentes más importantes del planeta brindan a diario. Y sin embargo, los hechos son los hechos.
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¿CÓMO?
Desde la primavera suiza, en Davos, durante la reunión anual de la élite económica del mundo,el canciller de Alemania, Olaf Scholz, soltó varias frases interesantes. Una de ellas fue al mejor estilo pitonisa: pronosticó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no ganará la guerra. "No podemos permitir que Putin gane la guerra y estoy convencido de que no lo hará. Hasta ahora no ha logrado ninguno de sus objetivos estratégicos, y uno de ellos, el de ocupar toda Ucrania, está ahora más lejos que nunca". Rusia no experimenta el mismo escenario descrito por Scholtz. Ucrania menos.
Entre varias consideraciones, el líder alemán se ocupó de declarar que "no haremos nada para hacer de la OTAN parte de este conflicto porque eso implicaría una confrontación entre dos potencias nucleares". Al tiempo que remató con fiereza: "Putin subestimó el vigor y la unidad de nuestra respuesta. Hemos dictado las sanciones más duras y de mayor alcance contra un país del tamaño de Rusia".
Sin embargo, desde Rusia no piensan igual. De hecho, el Rublo continúa con una tendencia alcista. Al tiempo que Scholz fue considerado por Ucrania -y por otros países del este de Europa- como "muy cauto" a la hora de entregar armamento pesado. "Apreciamos todos los esfuerzos del Gobierno alemán para encontrar armamento pesado" para permitir que Ucrania se defienda "pero no entiendo por qué es tan complicado", ensayó el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, también en Davos, como una suerte de queja.
¿QUÉ OCURRE EN EL ESTE?
Según los últimos reportes permitidos en Occidente -es decir, la bajada de línea de la OTAN- Ucrania informó que los combates en Donbass llegaron a su "máxima intensidad", y admitió que las fuerzas rusas son "netamente superiores" en número y armamento.
Estas aseveraciones llegan luego de semanas de declaraciones triunfalistas por parte -principalmente- del polémico mandatario ucraniano Volodimir Zelenski, quien se ocupó de realizar conferencia tras conferencia, en una gira virtual por todo el planeta.
Según Ucrania, Rusia atacó -en las últimas horas- 41 localidades o pueblos de las dos provincias vecinas que forman la región: las de Lugansk, al norte; y Donetsk, al sur.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso dijo hoy que las fuerzas que operan en Ucrania destruyeron una gran unidad militar de ese país, en un ataque a una estación de trenes en el Donbass.
En un gradual cambio de tono, Zelenski dijo dos veces la semana pasada que la situación en el Donbass era "extremadamente difícil", y anoche fue un poco más allá. "El enemigo es netamente superior en términos de equipo y número de soldados" en el Donbass, dijo. "Necesitamos ayuda de nuestros socios y especialmente armas", agregó.
Separatistas prorrusos que controlan territorios ahora en expansión en el Donbass desde 2014 dijeron ayer que Severodonetsk estaba bajo "cerco operativo", rodeada desde tres frentes. Solo se puede salir de ella por un puente bajo control ruso, agregaron.
LA CIBERGUERRA Y LA RUSOFOBIA
Desde la trinchera digital -otro de los escenarios donde se desarrolla esta guerra 3.0- Rusia advirtió que expulsará a medios y periodistas occidentales si la plataforma de videos YouTube vuelve a censurar las ruedas de prensa de sus voceros diplomáticos.
Tanto YouTube -como otras redes sociales y páginas web- casi desde el inicio del conflicto virtualmente amordazaron a los medios de comunicación rusos, una decisión que -para Moscú y otras regiones del planeta- evidencian la "rusofobia" de Occidente.
MACRON CRUZÓ A ERDOGAN
El presidente francés, Emmanuel Macron, le pidió a su par turco, Recep Tayyip Erdogan, "respetar la decisión soberana" de Finlandia y Suecia, y no bloquear la adhesión de ambos países a la OTAN.
Erdogan, por su parte, volvió a señalar al francés su negativa por los contactos que mantienen los países nórdicos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG), dos organizaciones catalogadas como terroristas por Turquía.
Finlandia y Suecia, sorpresivamente, presentaron su candidatura a una adhesión a la OTAN, dejando atrás décadas de no alineamiento militar.
Curiosamente, Macron y Erdogan hicieron hincapié también en "la urgencia de retomar las exportaciones de cereales ucranianos", bloqueados por la guerra en los puertos del sur del país. Ante este escenario, Rusia hizo una propuesta y Gran Bretaña la vetó.
LOS GRANOS ENTRE LA SANGRE
El Reino Unido rechazó aliviar sanciones a Rusia a cambio de que permita la salida de buques con granos de Ucrania desde puertos que mantiene bloqueados, como propuso ayer Moscú.
El bloqueo de los puertos es resultado de las sanciones "ilegales" impuestas a Rusia por Estados Unidos, el Reino Unido y los demás países del G7, así como la Unión Europea (UE), informó Moscú.
La guerra en Ucrania impactó a las cadenas de suministros, y disparó los precios en los productos básicos y los suministros agrícolas. Un 25% de las exportaciones mundiales de trigo provienen de Rusia y Ucrania.
Desde que capturó la ciudad de Mariupol, Rusia controla todos los puertos ucranianos sobre el mar de Azov, que es parte del mar Negro. Además, mantiene bloqueados los del mar Negro, como Odesa, con su flota en ese mar, que sale al Mediterráneo.
El vicecanciller ruso, Andrei Rudenko, dijo que Moscú estaba dispuesto a permitir la salida de Ucrania de buques que transportan alimentos a cambio de un alivio de las sanciones a las exportaciones rusas y las transacciones financieras.
Occidente “debe cancelar las decisiones ilegales que obstaculizan el fletamento de barcos y la exportación de granos”, dijo. Por ahora, la OTAN no cede. ¿La paz? Muy lejos.
