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Detrás del circo, el litio (y un triunfo de las comunidades)

Detrás de cada estrafalario desmán del presidente y de su flamante equipo, se esconden las operaciones del poder real; hoy particularmente interesado en controlar la producción y distribución del llamado "oro blanco". Luchar sirve: una comunidad originaria de Catamarca le puso un freno a la voracidad multinacional del litio en el Salar del Hombre Muerto.

Foto portada: Edith Polverini - / noalamina.org
Foto portada: Edith Polverini - / noalamina.org

Parece que detrás de cada vorágine twittera del presidente argentino se esconde una política real, que ya adelantamos como la “política M”: Macri, Milei o Multis...

Fue durante la pelea del presidente con Lali Espósito cuando el vocero presidencial anunció la inversión de una compañía israelí en litio, el "oro blanco", importante mineral para la (falsa) transición energética, también un recurso estratégico que este país comparte junto con Chile y Bolivia, lo que acentúa el interés norteamericano por su control.

Sucedió tal como pudimos ver con la intromisión de un sector del ejército yanki en la "hidrovía" (un término ultracapitalista para referirse a un bien común: un río), en este caso el río Paraná. Tal como ocurriera con el escándalo anterior, dicha intromisión se concretó en medio de la pelea del primer mandatario con Cristina K. y los gobernadores. Al respecto, en una nota para El Diario Ar., Juan Grabois recordó con razón: "por la hidrovía pasan oleaginosas y aceites, sí, pero también litio jujeño".

Así, mientras el presidente pelea en X (ex-twitter), la lapicera continúa escribiendo. Pero una lapicera no se escribe sola.

El lobby, el capital concentrado, aparece como la primera respuesta al interrogante de quién maneja la lapicera del presidente. Pregunta que muchos nos hicimos luego de observar, estupefactos, cómo el presidente se aumentaba su salario alrededor de un 40% y luego lo desconocía culpando a la administración anterior a la anterior.

En el país de "fingir demencia" ante los grandes problemas (como la crisis ecológica en curso), con inundaciones que sacudieron gran parte de la costa argentina, una nueva pandemia que no parece estar en agenda gubernamental; mientras otras regiones del mismo país se incendiaron; cada vez que el presidente grita o vitupera a alguien más, su lapicera sigue escribiendo.

 

Hombre muerto

Pero esta semana nos desayunamos una buena noticia: la justicia catamarqueña falló a favor de las comunidades originarias en el salar del Hombre Muerto, quienes denunciaron daño ambiental irreparable, resultado del proyecto extractivista del litio de la empresa Livent y otras.

Exige la resolución, luego de resolver que se encuentran dañados los derechos a un ambiente libre de contaminación:

(...) Suspender las autorizaciones a las empresas Livent (ex Minera del Altiplano SA) y Galaxy Lithium SA, para las diversas obras que construyen en el marco de los proyectos Fenix (construcción del acueducto Ríos Los Patos y ampliación del proyecto Fenix con autorización para la extracción de agua) y Sal de Vida (explotación del proyecto ampliación de campamento, construcción de pozos y piletas de evaporación, con autorización para extracción de agua), hasta que se haya realizado una evaluación de impacto ambiental integral y acumulativo.

Sobran motivos para que el movimiento ambientalista celebre, siempre prestando atención al caso para asegurarse que se cumpla la medida. Vale llamar la atención al último término, el de impacto “acumulativo”: el mismo considera las sucesiones de contaminación: como el derrame de ácido clorhídrico en el salar del Hombre Muerto, y la instalación de diques en el río Trapiche, con el fin de desviar el agua para la obtención de litio por evaporación, alterando el ecosistema, de continuar así, de forma irreversible. Tal como señala la demanda.

Teniendo en cuenta que este no es el final de la lucha contra el extractivismo (aún se debe un estudio de impacto, lo que plantea el problema de quién lo realizará: ¿el gobierno, las propias multinacionales, un estudio independiente, con qué fondos?), sin duda marca un precedente.

 

Detrás del circo

Lo que está claro es que detrás del escenario del bullying de las redes sociales (en especial de la “calle” de twitter), y más allá del circo gubernamental en su conjunto: luchar sirve.

Un atisbo de justicia le puso un límite (el primero) al saqueo y la depredación ambiental que supone el extractivismo. Extractivismo que este gobierno viene a acentuar, detrás de cada acting y pelea absurda: se ve una clara línea de acción: dejar total libertad (impunidad) a los más poderosos. Ya lo dijo Milei previamente a ganar las elecciones: en su visión, una empresa tiene libertad de contaminar un río. En la fracasada ley “Ómnibus”: libertad de desmontar vía fuego, una medida lanzada prácticamente en medio de incendios en parques nacionales… O de favorecer proyectos extractivistas sin importar el territorio, en una entrega de ecosistemas y poblaciones sin límites morales o éticos. En suma, se trata de la “libertad” de la política M: libertad para atentar contra la vida de especies y comunidades.

En conclusión, o no gobiernan o “gobiernan” mediante el circo, mientras, como ya lo dijimos: el poder se encarga de controlar los bienes comunes. Podremos debatir, cuando tengamos tiempo, si esto es gobernar: o si se trató de la mera organización del circo para esconder el saqueo multinacional, con sus fracasos y éxitos.


Autorx: Mikhaíl Vera
Contacto: [email protected]



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