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Las perspectivas de la economí­a global para 2016 resultan desalentadoras

La Comisión Económica para América latina (CEPAL) prevé un crecimiento más débil en el mundo, inferior al 3 por ciento. La región, que sólo mejorará el 0,2% el próximo año, y la Argentina, se verán afectados por una baja en el precio de los comoditties y la inversión. Preocupa la desaceleración de la economía China y la mala performance de los países desarrollados.

El balance de la economía mundial de 2015 y las perspectivas para 2016 delinean un escenario complejo y poco alentador a nivel global. La misma CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), comisión regional de las Naciones Unidas, actualizó días atrás sus proyecciones finales de crecimiento para 2015 y 2016, remarcando como puntos centrales que afectan a la región, la caída de los precios de las materias primas y la de la inversión. 

Según consignó Tiempo Argentino, el crecimiento global se prevé que se mantenga débil, siendo del 2,4% para este año 2015 -inferior al 2,6% de 2014-, y para 2016 se espera que se aproxime al 2,9 por ciento. En lo que compete a la región, las economías de América Latina y el Caribe tendrán un retroceso del 0,4% en promedio para este año y crecerán sólo un 0,2% el próximo año. Ello se tradujo en 2015, según el organismo, en una reducción del 1,5% del PIB por habitante de la región, el punto más bajo desde 2009 en que se desató la crisis financiera, teniendo como protagonistas de esta caída a Brasil y Venezuela. 

Fundamentalmente, en lo que respecta a los países emergentes,  2015 fue un año bisagra a partir del desaceleramiento de la economía China, que a su vez profundizó su política de apertura comercial y financiera que llevó finalmente a principios de diciembre a la inclusión del yuan en el conjunto de divisas consideradas por el FMI, cuestión a efectivizarse en octubre de 2016. Por primera vez desde 1990 China tuvo un crecimiento por debajo del 7% en 2015, (6,8%) y se estima que llegará al 6,4% o incluso menos en 2016.

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Pero la CEPAL advierte también que las tasas de crecimiento de los países desarrollados se encuentran aun "en tasas muy inferiores a las del mundo en desarrollo" aunque pasaron del 1,7% en 2014 a un 1,9% en 2015. Para 2016 se espera que alcancen el 2,2 por ciento. La crisis del euro y el ciclo que algunos llaman de "semi-estancamiento" de los EE UU no conseguirá revertir el deslucido panorama de la economía global. 

Asimismo los niveles de crecimiento del comercio mundial son bajos, con el 1,5% durante los primeros nueve meses de 2015 respecto de igual período del año anterior, "porcentaje que representa la tasa de crecimiento más baja del período posterior a la crisis mundial" señala el informe, y se estima en un 2,5% para 2016. De aquí que la perspectiva sea desalentadora, según la CEPAL "las proyecciones para los próximos años indican bajas tasas de crecimiento a nivel mundial".

Según el FMI, respecto de 2015, la recuperación en los países desarrollados aumentará levemente mientras que la actividad en los mercados emergentes y países en desarrollo se proyecta que continúen reduciéndose por quinto año consecutivo, reflejando la baja perspectiva de crecimiento en las naciones emergentes más importantes y en los países exportadores de petróleo, con una reducción de flujos de capitales hacia los países en desarrollo y la consecuente presión sobre sus monedas, en un escenario de incremento de la volatilidad de los mercados financieros.

Escenario para emergentes

Según el economista y docente Alejandro Fiorito,"es muy importante la caída del crecimiento chino que refuerza la finalización desde 2009 del llamado decoupling, que fue el desacople evidenciado desde los años 2000 por los países periféricos al crecer a tasas mayores que las economías desarrolladas. Este periodo de decoupling tuvo su origen en las tasas de EE UU cercanas a cero y también bajas en otros países centrales, y con el ingreso de China a la OMC en que se reforzó la suba de los precios relativos de los commodities. En términos absolutos es el precio del hierro el que tuvo una suba significativa, en el resto no fue tanto el estímulo de la demanda de China sino la caída de los precios relativos de los productos industriales chinos importados por contener bajos salarios, lo que repercutió en países como el nuestro en que mejoraron así los precios relativos de nuestras exportaciones y mejoraron en la periferia los salarios reales internos en dólares, forzando a una apreciación del tipo de cambio real. Este proceso se revierte en 2009 en que cambian los precios relativos, se encarece el dólar y se establece un proceso de devaluaciones de los países de la periferia. Al estar estas devaluaciones desvinculadas de la caída en los precios de los commodities, un nuevo proceso de devaluaciones no tendrá impacto en nuestras exportaciones." 

Y agrega "en 2010 la suba de las importaciones en China era del 39% mientras que en 2014 del 1 por ciento. China afrontó un proceso de sustitución de importaciones que tuvo su impacto en volumen de comercio global debilitando el valor de venta de los productos de la periferia y con un mecanismo de propagación en el comercio entre estas naciones. La caída del comercio sur-sur en relación al PBI devela el mayor impacto en este sentido que en las exportaciones hacia China. La caída de la relación comercio/PBI en los emergentes para el periodo 2008-2013 es del 15%, pero con países del centro sólo del 3 por ciento. El fenómeno observado entre 2002-2009 se ha frenado." 

"Como perspectiva –concluye- ello implicará un menor crecimiento para los países periféricos, aunque no necesariamente con crisis en sus balanzas de pagos. No puede decirse si es un proceso cerrado, depende de si China vuelve a sus niveles de crecimiento de años atrás, y no tanto de la suba de tasas de interés que se tratará de un proceso más bien gradual." 

La reciente suba de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los EE UU (FED) fue el hito fundamental para los años venideros en tanto que se espera que continúe en aumento. Si bien se implementaría de manera gradual según anunció la FED, presenta un esquema de endurecimiento del crédito y de reorientación de los flujos de capital hacia las economías desarrolladas. De aquí que para la CEPAL la perspectiva regional para el 2016 se encuentra aun más ensombrecida: "El próximo año persistirán la volatilidad y la incertidumbre observadas en 2015, con lo que algunas  economías emergentes seguirán teniendo dificultades para obtener recursos en los mercados internacionales. A esto se suma la persistente apreciación del dólar y el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos". "Además –agregan- los precios de las materias primas que la región exporta se mantendrán bajos, con lo que América Latina y el Caribe volvería a mostrar en 2016 un deterioro en sus términos de intercambio, especialmente en países exportadores de hidrocarburos y minerales."

Pero la misma desaceleración china encontró eco en el débil crecimiento europeo y la reversión de la política monetaria de los EE UU. La reorientación de emergentes hacia desarrollados provino de la necesidad de concentrar nuevamente en las principales potencias del globo los flujos internacionales de capital en un esquema de recuperación económica debilitada. Por ello causa y solución en la misma vereda: a esta reducción de los flujos financieros hacia los emergentes, se contrapondrá un mayor ciclo de endeudamiento…más caro. Y a la baja en el crecimiento del comercio global, se contrapondrá la profundización de los acuerdos comerciales direccionados por las principales potencias como el Tratado del Transpacífico impulsado por los EE UU y Japón. El avance del capital financiero y la exacerbación de la competencia internacional marcarán el rumbo.

Faltan recursos propios para dinamizar a los emergentes

Según el Banco Mundial, los niveles de asistencia para los países en desarrollo son bajos. El organismo así remarca que "se espera que se sumen recursos de dos fuentes principales: los ingresos públicos nacionales como los tributarios, donde se realiza el gasto de desarrollo más cuantioso, y el financiamiento y las inversiones comerciales, que son la mayor fuente potencial de fondos adicionales". Así, dice el organismo, "la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) seguirá siendo una fuente importante de financiamiento público externo para los países más pobres". Un nuevo ciclo de endeudamiento fundamentalmente público, será la salida típicamente propuesta frente a los flujos de capital hacia los países desarrollados.

La CEPAL advierte que "puede esperarse que comience un gradual aumento del costo de los recursos financieros en los mercados internacionales a la par con el aumento de las tasas de interés de los Estados Unidos. Esto implicará, naturalmente, un encarecimiento del servicio de la deuda ". Y ello no sería pura predicción. Explica el informe "en 2015 las economías emergentes ya se vieron afectadas por una menor disponibilidad de flujos financieros, dada la incertidumbre y volatilidad que prevaleció en mayor o menor medida durante todo el año". Según el indicador mensual de flujos de capitales de cartera que elabora el Instituto de Finanzas Internacionales, el acumulado anual de los flujos dirigidos hacia las economías emergentes fue en octubre de 2015 un 65% menor que el registrado un año antes.



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