La lucha de la comunidad sorda por recuperar el Palacio Ceci

La comunidad sorda se moviliza en pos de recuperar para sí el palacio Ceci, lugar emblemático para esta población porque fue el primer lugar de enseñanza de señas en Argentina.

Paradojas del destino, el gobierno del partido cuyo referente político principal fue acusado de escuchas ilegales, ahora no escucha el reclamo de la población y sigue con su intento de despojo de la comunidad sorda de su casa de estudios: el palacio Ceci.

El lunes 18 de julio se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad el llamado a licitación para las obras de restauración y adecuación tecnológica del palacio Ceci. Pero estas obras y este arreglo no tienen que ver para que sea usado por la comunidad educativa sino que será utilizado para otros fines que le dará el Ministerio de Desarrollo, que recibió el traspaso del lugar de un día para otro por parte de la titular de la cartera de Educación Soledad Acuña. 

Según funcionarios de Mendoza y propios dirigentes porteños, el espacio iba a formar parte del Distrito del Vino pero luego de las protestas y tras un par de reuniones, desde Desarrollo sólo se limitaron a decir que lo iban a usar para usos múltiples de otras áreas como Cultura, eventos de cultura y para la comuna (un evento no descarta una cata de vinos, por ejemplo).

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Patricia Falconi es mamá de un exalumno del palacio Ceci, fue presidenta de la cooperadora y conoce como nadie las vidas y las historias que transcurrieron en ese lugar. En diálogo con Infonews afirmó: “El palacio es la Escuela de Educación Especial y Formación  Laboral Nº 28 Profesor Bartolomé Ayrolo. Durante mucho tiempo los directivos y miembros de la cooperadora le pedimos al Gobierno de la Ciudad que colabore con la mantención del lugar ya que es un edificio de más de 100 años y se estaba deteriorando. La cooperadora hacía lo que podía porque nunca se hizo lugar a nuestros pedidos. Siempre se presentaron proyectos para seguir arreglando el palacio pero nunca se tuvo en cuenta hasta que el año pasado le avisan a la directora de que iban a renovarnos el palacio. La alegría de la comunidad de que nuestra casa iba a ser arreglada duró muy poco. Luego de vaciarlo, de llevar a guardar todos los recuerdos que están allí de la comunidad sorda, en el mes de febrero nos enteramos que ya no pertenece más al Ministerio de Educación sino que pasó al Ministerio de Desarrollo”.

Desde ese día comenzó la lucha, aún vigente, por recuperar el lugar para la comunidad. Hasta se negó la entrega de la llave del palacio por parte de la directora a funcionarios del ministerio de Desarrollo y hubo una reunión con el ministro José Luis Giusti pero ya estaba todo decidido: “Sólo vino a informar cuál era su objetivo. En realidad, que el palacio ya no pertenecía a la escuela, nos habían arrebatado el palacio y ellos iban a decidir cuál era el fin  y nos dijo que nos iban a dar un lugarcito para festejar, por ejemplo, el día del sordo. Nosotros no aceptamos eso y le comunicamos que iba a seguir nuestra lucha. No estábamos de acuerdo en que vengan, nos arrebaten el palacio, nos arrebaten nuestra casa, que tiene muchísimos recuerdos históricos de la comunidad. Es el lugar donde fue gestado su idioma que hoy se conoce como la lengua de señas”.

En este sentido, Falconi remarcó que “lo que se pide es el respeto a la comunidad, a la historia, a su identidad y que se reconozca el palacio como propiedad de la identidad de la comunidad sorda”.

“Exigimos que el gobierno del Ciudad nuevamente retome el palacio para el ministerio de Educación que es de donde no debió salir nunca, no aceptamos lo que nos está diciendo. Una vez más nos damos cuenta de que empiezan a cortar por el lado donde ellos creen que no va a haber protesta. El lado de la discapacidad, el lado de la educación no les importa. Vemos lo que han hecho con las escuelas especiales que han sacado la edad con la que tienen que estar los chicos”, señaló.

“No tienen la menor idea de lo que la comunidad sorda quiere y lo único que ahora está pidiendo es que se respete, que el palacio Ceci no se toca, la comunidad sorda dice que no: no vamos a permitir que nos arrebaten nuestra casa, no vamos a permitir que avasallen nuestros derechos y los derechos de los alumnos próximos que van a venir al palacio y van a ver la historia de la comunidad sorda”, concluyó.

Por su parte, Lilia Sánchez, madre de otra exalumna sostuvo a este medio: “A la escuela sólo le ofrecían poder participar de algún modo en estos usos presentando algún proyecto para poder mantener la memoria y el vínculo histórico con ese edificio que no era más que un lugarcito de prestado de vez en cuando en una agenda consensuada y aprobada por el ministerio de Desarrollo, cosa que claramente no aceptamos porque el respeto a la historia a esta comunidad sorda y esta comunidad educativa es que vuelva el edificio al ministerio de Educación y lo restauren para que siga cumpliendo esas funciones y para que permita ampliar las posibilidades educativas y culturales de esta comunidad minoritaria e invisibilizada”.

Al conocerse el llamado a licitación también se conocieron los planos y las obras que tiene pensado el gobierno porteño para el lugar. Lilia señaló que “en esos planos se pueden ver como los espacios que durante años albergaron la vida de las personas sordas que asistían a esa escuela durante generaciones se transforman en salas de exposición, en salas de reunión, office y guardarropas y en espacios que nada tienen que ver con el destino que la historia le dio a ese edificio público”.

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Si bien es una lucha despareja, contra un gobierno que poco parece importarle la educación en general (bajando año a año el presupuesto) y la educación especial en particular, Sánchez remarcó que “lo que podemos hacer es seguir reclamando, necesitamos mucha difusión para que la sociedad se dé cuenta de este atropellos a los derechos adquiridos por una comunidad, al verdadero sentido que tienen los inmuebles públicos, que no lo da la decisión unilateral e inconsulta de los funcionarios sino la misma comunidad que le está pidiendo desde hace mucho que vuelvan atrás con esta decisión tan injusta, tan arbitraria, tan inmoral y tan discriminadora”.

Con el proyecto del gobierno porteño, la escuela especial 28 pasa a estar en lo que antes era un anexo del palacio. Un edificio que se construyó en 2016 pero que no alcanza para cubrir las necesidades de la comunidad educativa. “Para la ministra de Educación ese lugar alcanza, pero no alcanza porque es compartido, porque lo que se hacía en el palacio no se puede hacer más, no alcanza para proyectar nuevas cosas. Lo que queda es el edificio nuevo con todo lo que era de la escuela concentrada ahí y luego el patio común que tiene con el palacio está separado con maceteros”, finalizó.