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"Lo escuché con bastante constancia hace tiempo, como fenómeno social, cuando todavía se permitía la homofobia", comenzó su testimonio Martín Kohan al referirse al conductor estrella del fascismo vernáculo, Baby Etchecopar.
El escritor y ensayista dialogó con la periodista María O´Donnell sobre libertad de expresión y los límites que ponen al debate los discursos rudimentarios de personajes como el mencionado.
"Esas ideologías nefastas, autoritarias... en general los que tienen esa posición lo disimulan, tienden a encubrirse...", continuó el intelectual, quien apuntó también que "el ejercicio que uno hace es desentrañar en un discurso la homofobia, la xenofobia, la misoginia que se oculta en las palabras".
Y fue más allá relacionando esos discursos de odio desembozado con el concepto de lo pornográfico. "En este caso no hay nada oculto. Es como la diferencia que existe entre el erotismo y la pornografía. La discriminación es pornográfica en Etchecopar, está todo a la vista. Es la ideología en estado puro", resumió.
"Etchecopar es efectivamente un misógino, un homófobo y un xenófobo", reafirmó, y comentó el hecho de que el exconductor de Radio 10 y actual alfil del grupo América reitere una y otra vez su amistad con Oscar González Oro, quien poco tiempo atrás salió del closet de sus preferencias sexuales. "No maltratás a tu amigo pero ponés en circulación discursos de intolerancia en el horario de más audiencia", señaló y, luego, puntualizó que "el problema que tengo con este tipo de tesituras es que llevan el debate a un nivel muy elemental. No es un problema de evitar la confrontación, es el nivel de la confrontación, lo rudimentario que se vuelven esos discursos".
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A su vez, se refirió a la victimización de la que echa mano Etchecopar por estos días en los que busca posicionarse como perseguido luego de que desde el Estado nacional se pusiera una alerta sobre el discurso de odio que escupe cada vez que tiene delante un micrófono.
"El discurso contra los bolivianos, contra los peruanos, contra las mujeres, es complementario con el discurso de decir ´me quieren censurar´", dijo Kohan, que valoró la intención de llevar información a la población para no caer en la tentación del discurso violento: "Si todos logramos generar la idea de no hostigar a alguien por la orientación sexual que tiene, por el país donde nació, etcétera, el discurso de odio de Baby Etchecopar se vuelve inviable solo", resumió.
"Dijimos Etchecopar porque es el caso más nítido. Feinmann y Majul lo acomodan mejor. Etchecopar deja todo a la vista", finalizó.
