Patricio Rago, el librero que dirige la Fiesta del Libro Usado
A pocos días de realizar su segunda edición en la Biblioteca Nacional, el fundador de Aristipo Libros nos compartió su experiencia como lector, las sorpresas que halló entre páginas desgastadas y, por supuesto, los proyectos que lleva adelante.
En el medio editorial, los libros se producen y distribuyen en un circuito de ritmo casi fugaz, de alta rotación y, muchas veces, impredecible. Aristipo Libros les da una segunda vida a todos esos libros olvidados, relegados de un sistema basado en la búsqueda de novedades que la peguen y reediciones de lujo de los clásicos, de la mano de las multinacionales.
Patricio Rago, librero y escritor, se topó con este nicho —cruce entre la lectura, la comercialización y el encuentro— exactamente como quien se encuentra por la vida habitándola; después vinieron las demás ideas, todas ellas brillantes y con gran repercusión entre la comunidad.
Aristipo es una librería de ejemplares usados, especializada en literatura, filosofía, ensayo, historia y política. Dos años después de tener su propio punto de venta físico montó la Francachela y el año pasado la rompió con la primera edición de la Fiesta del Libro Usado (FLU).
Infonews: Primero lo primero: ¿cómo fue que maquinaste la idea de Aristipo Libros? ¿Cómo es la modalidad de venta?
Patricio Rago (P. R.): Aristipo surgió en el 2010. Yo recién volvía de Barcelona y algo tenía que hacer. Así que me puse a vender libros usados por Internet. Tenía una página web con el catálogo y a principio de mes mandaba un mail a todos mis clientes con los recomendados. Compraba en ferias, en lugares ocultos de la ciudad que yo ya conocía y también en domicilios particulares. Los libros los retiraban por mi casa o se los mandaba. En el 2015 me mudé al local en el que estoy ahora. Ahí explotó. La gente entraba y se ponía a mirar, era otra cosa.
La librería se fue convirtiendo en un lugar de encuentro, que es lo que yo quería.
Infonews: ¿Qué es la Francachela?
P. R.: La Francachela es una fiesta que organizo cada tres meses en la librería. Se saca la parri a la vereda y se invita a todo el mundo a que venga a comer unos choris y tomar unos vinos gratis. Hay un DJ en la vereda que pasa música y yo preparo una mesa con los mejores libros que tenemos. La gente viene, escabia, baila y la pasa bien. Mira libros, revuelve, se sienta a leer. Se conoce, pega onda, hay una atmósfera muy copada. Si no la organizara yo, es un evento al que iría, ja.
Infonews: ¿Dónde encontraste tus sucuchos favoritos para revolver libros?
P. R.: Yo me formé como lector a fines de los 90, no tenía un mango. Así que buscaba sin parar hasta encontrar un libro a buen precio. A lo largo de los años fui descubriendo sucuchos ocultos donde venden libros muy baratos. Hay que caminar y sumergirse en montañas y montañas de libros viejos, rotos, hasta que encontrás el tesoro. Es toda una aventura.
Infonews: ¿Alguna sorpresa que te hayas encontrado entre las páginas de los libros usados?
P. R.: En los libros se encuentran un montón de cosas: señaladores, servilletas, cartas de amor, recortes de diario, entradas de cine, de teatro, pasajes de avión, de tren, de tranvía. Una de las cosas más increíbles que encontré fue un billete de 100 dinares, del Banco de Irak. Siempre me pregunto cómo fue que llegó ese billete hasta acá.
Leer es una fiesta: segunda edición de la Feria del Libro Usado
Infonews: ¿Cómo empezó tu historia con la lectura? ¿Qué hay en tu biblioteca hoy?
P. R.: Empecé a leer a los quince años. De chico leía mucho Astérix y Lucky Luke, pero nada más. Me perdí esa etapa de literatura infantil tan linda que muchos lectores recuerdan con nostalgia. Pero a los quince, de repente, de un día para el otro, casi como un milagro, empecé a leer libros de verdad. Literatura, filosofía. Fui directo al hueso: Sartre, Dostoievski, Faulkner, Borges, Flannery O’Connor, Onetti, Nietzsche, etc. Leer me cambió la vida, mi madre se sigue preguntando qué fue que me pasó, ja.
En mi biblioteca tengo de todo pero más que nada narrativa, poesía, filosofía, historia, ensayo, libros en idiomas. Crece y crece sin cesar, es una locura.
Infonews: ¿Qué impresión te dejó la primera FLU? ¿Cómo hiciste para que participaran autores y autoras tan vigentes en el mundo editorial y cultural?
P. R.: La primera FLU fue increíble. Todavía me queda esa emoción linda de mirar para un rincón y ver a un pibe leyendo un libro de poemas de Olga Orozco; en otro lado, una parejita tirada en el pasto leyendo una edición viejita de Henry Miller. La interacción con los libreros, las charlas entre la gente. Los lectores y lectoras que venían preguntaban por cosas raras, difíciles, ediciones particulares; eran súper exigentes con lo que buscaban.
Yo soy muy caradura, así que si consigo el contacto, le escribo, ya fue. Varios igual son amigos también, Dolores Reyes, Martín Kohan, García Wehbi, Alejandra Kamiya, Nacho Damiano, toda gente que quiero y admiro, y que cuando los invité a la FLU, se re coparon porque les cabe la movida y ellos además son una masa.
Homenaje a la escritora Elsa Bornemann en la Biblioteca Nacional
La segunda edición de la FLU se realiza el 9 y 10 de septiembre en la Plaza del Lector, en la Biblioteca Nacional (Av. Las Heras 2502, CABA). La entrada es libre y gratuita y podés consultar la programación acá.