La viceministra de Educación de la Nación, Adriana Puiggrós, renunció a su cargo -por diferencias con la gestión de Nicolás Trotta- el viernes pasado, y este miércoles fue aceptada la dimisión, a pesar de que el presidente Alberto Fernández le pidió que se quedara.
Los roces entre Trotta y Puiggrós, en los ocho meses de gestión, se vieron reflejados cuando en marzo pasado la viceministra se había pronunciado en contra de las pruebas estandarizadas.
Ante lo cual Trotta salió al cruce y tuvo que decir que Argentina iba a seguir participando en las pruebas de la OCDE (PISA) como en las de la Unesco (TERCE y SERCE).
Más tarde, en abril, Puiggrós colocó en su cuenta de Twitter que la pandemia del coronavirus tenía relación con “el capitalismo financiero”. “El coronavirus infectó sociedades humanas enfermas de neoliberalismo. La destrucción ambiental llevada a cabo por el capitalismo financiero liberó el virus”, señaló.
“El irreflenable impulso de los dueños del capital produce una espiral que se retuerce engullendo a la sociedad. Numerosos autores han advertido que el tipo de tecnología modelada por la globalización neoliberal, fuera de control, mataría a la naturaleza, a la humanidad… y al humanismo. No fue la humanidad sino la naturaleza quien se ha rebelado, y de la manera más temible. Hoy la ciencia y la tecnología luchan contra un monstruo natural inasible. Y en nuestro pecho anida una angustia básica, profunda, indescriptible”, consideró.
En este escenario, Trotta también tuvo que salir a dar explicaciones ante los dichos de Puiggrós. Otro de los trascendidos es que la viceministra tampoco estaría de acuerdo con la política de conectividad del Gobierno Nacional.
