El gran Ennio Morricone retratado en un documental que pone las cosas en su lugar

Son contados los nombres de quienes han escrito la historia grande de la música incidental para cine. Se trata de un olimpo en el que figuran en relieve artistas como John Williams, Hans Zimmer, Nino Rota, Michele Legrand, Elmer Bernstein, Danny Elfman y, qué duda cabe, Ennio Morricone. Sobre este último está enfocado el documental que lleva como título el nombre del músico italiano, uno de los más grandes del arte contemporáneo, que recién en los últimos tiempos recibió una legitimación que debió tramitarse décadas atrás y que incluso él aceptó de forma tardía.

El film, dirigido por su coterráneo Giuseppe Tornatore (Cinema Paradiso, clásico cuya partitura está firmada por Morricone) pone de manifiesto lo épica que fue la carrera del compositor a través de un relato cronológico que entremezcla incontables testimonios de colegas y gente del cine con la presencia del propio artista ante las cámaras, echando luz sobre su carrera y su vida.

Entre los pasajes que cuentan con la presencia del ciudadano ilustre de Roma se destacan algunos en los que la emoción acompaña su relato y la pone de relieve. También sobresale el fragmento en el que se refiere a la creación de la música del ícono máximo del western spaghetti, “El bueno, el malo y el feo” (Il buono, il brutto, il cattivo, de Sergio Leone, 1966), echando mano a una anécdota para atesorar, con clímax en el momento en el que el músico imita el sonido del coyote al que refiere la inolvidable melodía original.

Gracias a la estatura de realizador que tiene Tornatore, se trata de un documental que, en plena era de la máquina de hacer chorizos con formato televisivo para streaming, no cae en los lugares comunes que presenta ese formato narrativo, sobre todo en el montaje.

Lo minucioso del trabajo de Tornatore se ve también en las imágenes de archivo (gran curador, Giuseppe) y en los datos en los que pone la lupa, entre ellos el que asoma como el momento en el que Morricone se corre de las formas clásicas de la composición musical gracias a la vanguardia de gente como John Cage, ese tipo que antes de Los Beatles pateó el tablero de lo que estaba bien y mal en la música profesional y académica.

Tiene muchos datos “Ennio” y no solo los que él mismo aporta sino los que van desgranándose con el correr de los minutos. Si todo el material que aparece en pantalla (imaginemos lo que habrá quedado afuera de las más de dos horas y media que dura el registro) estuviera clasificado en una enciclopedia, Wikipedia no tendría nada que hacer ante semejante artillería de información, sensatez y sentimiento.

Y, ya que estamos, uno de esos datos dice que solo en el año 1969 se estrenaron 21 películas con música compuesta por Morricone. Apuntá esa productividad, Takashi Miike.

Si a lo antedicho le sumamos la participación en el asunto de personalidades como Wong Kar-Wai, Bernardo Bertolucci, Quentin Tarantino, Bruce Springsteen (cuyo testimonio abre la película), Dario Argento o Terrence Malick, entre otros y otras, el combo resulta inmejorable.

"Podría ser el inventor de la música cinematográfica”, se escucha en uno de los pasajes testimoniales, que se cruzan con la gran anécdota que cuenta Ennio sobre cómo más de un director le pidió que para sus películas hiciera música que se pareciera a la que había creado para otros realizadores. Sobre ello, una de las definiciones que lanza el artista es categórica y sirve como gráfico de la relevancia que su sello tenía, tiene y tendrá en cualquier film que lo haya contado en sus títulos de crédito: “El director maneja la fotografía, los actores, pero la música no”.

Ennio. Italia, 2021. 156‘ Guion y Dirección: Giuseppe Tornatore. Con participación de Ennio Morricone, Hans Zimmer, Quentin Tarantino, Clint Eastwood, Bernardo Bertolucci, Terrence Malick, Dario Argentino, Wong Kar-Wai, Barry Levinson, Giuseppe Tornatore, Marco Bellocchio, Bruce Springsteen, Joan Baez, Gillo Pontecorvo y más.

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