Por Rocío Bao
SOCIEDAD
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Diversidad: ante la prohibición de lxs aburridxs, el orgullo es nuestra resistencia
Mientras el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se empecina en prohibir la inclusión bajo pena de sanciones, el colectivo LGBTIQ+ sale con orgullo a la calle, siempre nuestra, siempre un espacio de batalla, al igual que las escuelas, con reclamos históricos y reivindicación a una sociedad y un Estado todavía en deuda.
28 de junio de 2022 - 16:07
Foto: Rocío Bao
Piñas, persecución, discriminación, cárcel, miradas de reojo, desprecio, decepción, quedarse sin techo ni familia son y fueron los lugares más comunes y transitados por el colectivo LGBTIQ+. La vergüenza fue -y a veces es- la cueva a la que nos prometían arrojar lxs paladines de la moral.
No hubo revuelta social plagada de banderas, glitter y festejo que les bastara para dejarse de joder. Entonces resistimos, no nos queda otra, la calle es cada vez más nuestra, salimos, y el orgullo nuestra resistencia y fiesta.
Pero los reclamos siguen siendo carne, duelen en la sangre, pegan en el cuerpo.
Y ahora salen lxs referentes políticxs de la ciudad de la furia, vestidxs de traje y corbata a prohibir una conquista social, troncal para naturalizar en el crecimiento de lxs niñes la diversidad, fundamental para llamar por su nombre a quienes se sienten fuera de la norma binaria: el lenguaje inclusivo les representa un peligro a los estratos políticos del caretaje porteño.
Pero no es más que la prohibición como norma de personas aburridas, que suponen que con disciplina y castigo van a cercenar la diversidad, esa que tanto les molesta y les pica.
En tanto, unxs ya ni buscan a Tehuel, y otrxs -al prohibir el lenguaje inclusivo- de alguna manera, tampoco quieren mencionarlo.
Entonces ¿a dónde van a parar las cifras de muerte, la calidad y expectativa de vida del colectivo travesti trans, la violencia y los crímenes de odio contra todo el colectivo LGBTIQ+?
Mientras, esta misma tarde, el colectivo travesti trans y no binarie (TTNB) vuelve a la calle para reclamar lo que parece un grito ahogado: la aparición con vida de Tehuel, reparación histórica a las sobrevivientes de la violencia institucional, aplicación del cupo laboral trans, capacitación del personal de salud en las necesidades puntuales de este colectivo y justicia por Melody, la chica trans asesinada a balazos en Mendoza.
Así que, no hay prohibición que valga, ni en las escuelas, ni en el trabajo, ni en ningún lado. Al final la resistencia siempre gana. No nos asusta el miedo, pero le tenemos rabia al olvido.
Entonces, en medio de tanto odio y búsqueda incesante de inclusión, ya no alcanza con preguntar únicamente dónde está Tehuel, sino entender ¿por qué interpela tan poco a la sociedad la aparición con vida de Tehuel?
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