La empresa de delivery PedidosYa despidió sin justificación a una trabajadora que brega por la organización colectiva y sindical de lxs repartidorxs de la app. "Me echaron porque me organizo para pelear por mis derechos", denunció en diálogo con Infonews y apuntó a la impunidad e informalidad con la que se manejan las compañías del sector.
"A mí me echaron el 11/09 de Pedidos Ya, me mandaron un mail que decía 'que no había entregado dos pedidos días atrás' y me bloquearon la cuenta", precisó Laura Cáceres, la joven damnificada de 21 años. Si bien el hecho ocurrió en septiembre pasado, ella continúa luchando para que la reincorporen a su puesto de trabajo.
"Expliqué la situación mandando mails, me traté de comunicar con los coordinadores pero ninguno me dio respuesta y uno me bloqueó de whatsapps. Me comuniqué con las clientas que también explicaron que los pedidos habían llegado pero nunca tuve respuesta por parte de PedidosYa", explicó acerca de cómo evolucionó la situación, que según ella, no se trata de una excepción, sino de un modus operandi de estas empresas.
"Así como a mí a un montón de gente le pasa lo mismo, por que las aplicaciones se manejan así y nos dejan en la calle sin poder siquiera hablar con algún jefe, ni oficina, nada. Porque no figuramos en ningún lado, nos descartan como si nada", denunció la chica, quien milita en la juventud del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y participa de la Red de Precarizadxs.
Infonews: Más allá del hecho puntual del que hablan en el mail, ¿creés que te echaron por tu participación activa en la organización de les trabajadores?
Laura Cáceres: Para mí sí, sino con los mail que mandaron las clientas me la hubieran devuelto. Me echaron porque yo me organizo para pelear por mis derechos. Pero es algo que pasa a diario. Estas empresas son totalmente impunes y pueden hacer lo que quieran. Hay un montón de bloqueos y hoy nos desayunamos con que Uber se va del país. O sea, un montón de pibes más en la calle.
Repartidores: "Seguimos muriendo, rompiéndonos las piernas y contagiándonos Covid"
Por estos días, Laura difunde una carta en la que cuenta brevemente su historia de vida y avisa que no va a dejar de reclamar por sus derechos, los de sus compañerxs y por su puesto de trabajo.
"Soy de Corrientes y me vine a Buenos Aires con mi familia a los 12 años por que allá nos estábamos cagando de hambre. Yo pude terminar el colegio a la noche ya que trabajo desde piba limpiando casas, cuidando chicos, de mesera o en las cocinas y vendí tortillas en la ruta para llegar a fin de mes. Como todos, siempre me la rebusco, y está vez no me voy a quedar callada! De chica me enseñaron que cuando algo es injusto hay que pelear porque no sea así y que no pase más! (...) Por eso no voy a parar hasta que me devuelvan mi trabajo que es con lo que yo vivo".
Las condiciones de trabajo precarias de lxs repartidorxs y la informalidad en la que laburan dejan el juego abierto a situaciones de desprotección como las que sufre Laura. Como no están regularizadxs, no hay cifras oficiales sobre cuántxs son. Sin duda, la pandemia por Covid-19 y el aislamiento social y obligatorio generaron un boom en el sector. En la Red de Precarizadxs son más de 100 de todo el país y son parte de la Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto. La organización de lxs trabajadorxs es esencial para presionar a los Estados a hacerse cargo de la informalidad de sectores emergentes de la economía y achicar lo máximo posible las injusticias que ejercen las empresas sobre la fuerza de trabajo.