La editorial Marea presenta El pasadizo secreto de Elsa Drucaroff, una autobiografía feminista que propone otra versión de la construcción del movimiento de mujeres y disidencias. ¿Qué aprendizajes, qué tropiezos, qué maestras, qué madres, qué viajes, qué amores son necesarios para fundar una conciencia de género?
Mi camino a ser libre coloca a quien camina a mi lado en dirección a su propia libertad. No se trata de que les reclamemos a los gritos que se deconstruyan, se trata de que nuestra práctica de mujeres tenga la mirada puesta en nuestra libertad. Si entonces ellos quieren marchar a nuestro lado, inventarán otra manera de ser hombres.
Esas palabras son las de Elsa Drucaroff, una de las voces más destacadas de la narrativa argentina contemporánea y ganadora de un Konex 2024 en la categoría “Ensayo literario”. Ha publicado novelas (tres de ellas en Marea: La patria de las mujeres, 2014; Conspiración contra Güemes, 2015, y El infierno prometido, 2021) y más de un centenar de artículos sobre literatura, en medios masivos y académicos. También tuvo un lugar prominente durante los años del Ni Una Menos y el debate por la legalización del aborto.
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En El pasadizo secreto. Escenas de una autobiografía feminista, novedad de mayo, emprende un viaje literario por su propia vida para reconstruir los momentos que van fundando cierto modo de ser mujer.
Tomando como eje sus encuentros con su gran referente intelectual, la feminista italiana y filósofa Luisa Muraro, Drucaroff va avanzando en los marcos teóricos de su formación, pero también en las experiencias donde esos conceptos se hacen carne: su infancia en una familia de clase media acomodada, su juventud en la dictadura militar argentina, sus lecturas, sus amistades, su búsqueda vocacional y profesional en la docencia, sus exilios, su madurez, sus amores, su pareja abierta. Cada vivencia es un paso en la tarea de toda una vida: conquistar la libertad de pensarse a sí misma con autonomía y dejar caer a pedazos el patriarcado que vive dentro nuestro.
A través de diálogos casi socráticos con Muraro, las filósofas de Diotima y sus amigas feministas en distintas épocas, la joven Elsa y su alter ego, ya en la madurez, van descubriendo otra forma de concebir y plantarse en el mundo, con audacia y fuerza extraordinarias.
“El feminismo es un viaje sin retorno. Una vez que alguien lo empieza ya no puede volver”, plantea la autora, que nos recuerda que ser feminista es una posición política.