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Caso Clementi: lo que dice la Federación de Sociedades de Ginecología

Ante las 16 denuncias por agresiones sexuales contra el ginecólogo de Burzaco, la institución se expresó formalmente. ¿Cómo debería ser un protocolo contra la violencia de género en los consultorios ginecológicos?

Foto: Télam / Daniel Dabove.
Foto: Télam / Daniel Dabove.

La Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (Fasgo) está "sumamente preocupada" por el caso del ginecólogo de Burzaco Diego Javier Clementi, procesado por 5 hechos de abuso sexual en el consultorio y denunciado por otros 10, aseguró el coordinador del área legal de esa institución, el médico y abogado Roberto Keklikian, quien opinó que en estos casos "sería conveniente la suspensión preventiva" de la matrícula.

Keklikian, quien además es titular de Obstetricia y Ginecología de la UBA y director científico de la Asociación Argentina de Perinatología, consideró que el hecho investigado "impresiona ser cierto y grave", teniendo en cuenta la cantidad de denuncias realizadas por mujeres que no se conocían entre sí y que relatan situaciones similares.

En diálogo con Télam este especialista que integra la mesa de trabajo sobre violencia obstétrica de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig) que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, coincidió con diferentes organizaciones y referentes feministas en la necesidad de protocolos para la práctica ginecológica no exclusivamente referidas a la prevención de la violencia obstétrica.

"La Federación está sumamente preocupada al respecto, obviamente no nos corresponde a nosotros juzgar la culpabilidad o inocencia, pero desde el sentido común impresiona ser cierto y grave, teniendo en cuenta que las denuncias fueron realizadas por muchas mujeres que no se conocen ni tienen ningún vínculo entre sí. Queremos dar un mensaje claro: Fasgo repudia taxativa y enfáticamente cualquier tipo de abuso sexual y la persona que lo cometa ejerciendo el rol de ginecólogo contra pacientes, es una persona que es considerada fuera de los parámetros apropiados para la praxis profesional por parte de la Federación", expresó Keklikian.

"Consideramos que debe haber protocolos no solo aplicables a la ginecología y a la obstetricia, nuestro campo, sino para la asistencia de cualquier tipo de pacientes, de cualquier género u orientación sexual porque lo ideal es que la praxis médica sea respetuosa y amigable", indicó respecto a las violencias denunciadas por lxs pacientes. "Y esto no lo planteamos únicamente en término de derechos sino también de calidad de atención médica, porque si uno recibe un trato respetuoso, contención y fundamentalmente información, tendremos mejores resultados en el tratamiento de las enfermedades que si somos asistidos mientras nos sentimos en disconfort, y ni hablar si nos sentimos agredidos".

El ginecólogo Diego Clementi tiene ya 16 denuncias por abuso sexual

Ante la pregunta de Télam de un protocolo específico contra la violencia de género en el consultorio ginecológico, el profesional respondió: "Un protocolo futuro lo que debiera plasmarse es por lo menos dos ideas rectoras que guíen la práctica, sobre todo cuando hay que realizar exámenes que están dirigidos a la zona genital de la mujer o donde puede haber violentamiento de su intimidad".

A continuación detalló: "La primera de ellas es que quien las asiste (médicamente) no debe emitir juicio alguno respecto a su sexualidad o de sus prácticas sexuales. Simplemente debiera informarle si es que encontrara que alguna de sus prácticas sexuales pudiera ser dañina para su salud, y la verdad que yo conozco muy pocas que lo sean. Sin embargo, conozco muchos que tienden a juzgar las prácticas sexuales de otras personas cuando no afectan a nadie y nuestra constitución es clara al respecto".

"La segunda cuestión es que si bien hoy está culturalmente instalado que cuando se va a realizar una operación que implica cierto riesgo, el paciente debe dar su consentimiento informado; sin embargo, no se observa -y creemos que es de buena práctica hacerlo, lleva escasos segundos y realmente mejora mucho la calidad de atención- que cuando una paciente va a ser revisada en sus genitales se le explique para qué, se le pida permiso, haya espacio para que pueda decir si lo acepta o lo rechaza".

Además, instó: "Hay una cultura (en los profesionales médicos) de 'ah, bueno, pero el examen hay que hacérselo'. Grave error. Yo le ofrezco un examen y le explico los beneficios, si usted pese a los peligros que puede implicar la no realización, decide rechazarlo entonces su voluntad prima sobre el principio de beneficencia. Es decir, si yo estoy tratando de ayudarla a usted haciéndole un examen que es bueno, pero usted, comprendiendo lo que implica ese examen y lo que está arriesgando o perdiendo, decide rechazando, el cuerpo es suyo. En ese caso, el profesional no queda indefenso, simplemente se hace constar en la historia clínica e inclusive la paciente puede firmar".

Por otra parte, respecto a las denuncias sobre Clementi, las pacientes hablaron también de otras situaciones: prácticas dolorosas sin anestesia, abuso en zonas corporales erógenas, entre otras...

"¡Pero si esto es verdad, es de una perversidad severa! Desde ya que estas cuestiones también deberían formar parte de un protocolo", indicó Keklikian.

¿Qué es el Chineo? Buscan prevenir esa forma de abuso

"Personalmente estoy a favor de una suspensión preventiva, dada la verosimilitud del hecho, por lo menos del ejercicio activo de este profesional, dado que quien está concurriendo a la consulta no necesariamente sabe que se trata de este profesional que está en esta situación, sin perjuicio de que, si las denuncias fueran falsas, el profesional tiene derecho también a accionar contra quienes lo hubieran denunciado falsamente".



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