La jueza federal María Servini archivó la causa en la que se investigaba el hackeo del celular del diputado de Juntos por el Cambio Diego Santilli (cuyos contenidos no trascendieron), al entender -junto al fiscal Federico Delgado- que el rastreo del autor no fue posible y que, además, no se requirió una gran operatoria de inteligencia para el hackeo.
Otra conclusión a la que llegó la investigación, según destacó el medio Página 12, es que no hay evidencia alguna que indique que se hayan alterado los mensajes de los chats sobre el viaje a Lago Escondido, lo cual contrarresta el argumento que han repetido hasta el cansancio desde el arco del PRO.
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En ese sentido, el informe periodístico retifica que todo el material ya fue verificado más allá de la causa judicial: "Las fotos en el aeropuerto de Bariloche o la emisión posterior de facturas para tapar las dádivas son una prueba categórica. La veracidad sobre las operaciones con grúas, playas de estacionamiento y la trama con el asesor del juez supremo Horacio Rosatti, Silvio Robles, está también comprobada".
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¿CÓMO?
Sobre la operatoria para hackear el celular del diputado, la magistrada y el fiscal concluyeron en que una persona -sin identificar- compró un chip en un local de El Dorado, en Misiones y, debido a que el proveedor de las tarjetas no sabe a quién se la proveyó, no se puede saber tampoco en qué comercio se vendió la sim card.
El recorrido sigue: el comprador se conectó con Telefónica-Movistar, habló como si fuera Santilli y dijo que se le había roto o perdido el chip, motivo por el cual había comprado otro y que necesitaba que se lo habilitaran.
Como prueba de seguridad, desde la empresa le hicieron algunas preguntas que -se supone- no podría responder otra persona que no sea el titular (Santilli), pero alguien que tenga un mínimo conocimiento sobre el diputado de JxC puede responderlas, como por ejemplo dónde trabaja y en qué ciudad vive.
Tras brindar las respuestas correctas, el celular fue habilitado en el nuevo chip y así se quedaron con su línea de teléfono.
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Acto seguido, el legislador denunció que había sido víctima de un hackeo pero tardó horas en recuperar la línea. En ese lapso le robaron los datos, incluyendo todos los chats de Telegram.
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