En la provincia de Corrientes, Argentina, las paltas se caen en las cabezas de los pibes y las pibas. Pero no se comen: en Argentina se come la palta Hass que se importa desde Chile, país que exporta tanta palta a Europa y China que debe, a la vez, importarla desde Perú para su consumo interno. ¿Raro? Parece ser la pauta en Latinoamérica: alimentos transgénicos, preparados para recorrer miles de kilómetros consumiendo toneladas de combustibles que generan emisiones de gases que son los principales responsables de la crisis climática.
¿Quién desperdicia los alimentos?
La comida en Latinoamérica se la pasa viajando de un país a otro. Se produce en un lugar y se industrializa y consume en otro. Como consecuencia gran parte de los alimentos se desperdician y se sobreutilizan hidrocarburos para el transporte. El 45% de gases con efecto invernadero provienen de la cadena de la agricultura industrial.
24 de marzo de 2020 - 17:17
El nuevo espacio mayorista de la UTT en Avellaneda.
Foto: gentileza UTT.
CHILE Y EL ORO VERDE
Chile es una potencia exportadora de paltas. Y es que el llamado “oro verde” se vende muy bien en Europa y en China. 339 millones de dólares entraron a las grandes exportadoras en 2019, sólo por la venta de 144 mil toneladas de paltas que llegaron a Holanda, Reino Unido, Estados Unidos, Argentina y China como principal destino. Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias de Chile, ese mismo año ingresaron 19 mil toneladas de palta Hass al país, provenientes de Perú, convirtiéndose en la tercera fruta más importada del año. El negocio de la palta está directamente conectado con la sequía y con conflictos con comunidades locales. En Petorca, 220 kilómetros al norte de Santiago, es común ver cómo las franjas verdes de los paltos colindan con terrenos desérticos. Chile vive desde hace 10 años lo que organismos científicos han calificado como una “megasequía”. Hoy, cerca del 40% del país está bajo un régimen de escasez hídrica. En Chile el agua fue privatizada por la dictadura de Pinochet y se mantiene así desde entonces. El agronegocio es dueño del 85% de los derechos consuntivos de agua en el país. Entre ellos está el ministro de Agricultura, Antonio Walker, empresario agrícola de toda la vida y propietario de empresas que exportan manzanas. Él y sus familiares directos son dueños de un caudal de 29 mil litros de agua por segundo. En la ruta de los alimentos que ingresan a Chile, otros países latinoamericanos son claves. En 2019 el producto que más ingresó al país fue la carne: 227 mil toneladas, con un valor de más de mil millones de dólares. Los principales abastecedores fueron Brasil (108 mil toneladas), Paraguay (78 mil toneladas) y Argentina (29 mil toneladas). ¿Chile no produjo carne? Sí:exportó 19 mil toneladas, en su gran mayoría a China. El país también importó grandes cantidades de cereales, un millón 100 mil toneladas de trigo ingresaron al país en 2019 principalmente desde Argentina (39%), Canadá (29%) y Estados Unidos (33%). La producción local, en tanto fue de un millón 300 mil toneladas. También ingresaron más de 2 millones de toneladas de maíz, provenientes de Argentina y Paraguay, contra las 950 mil toneladas producidas en el país. Y en arroz, la producción chilena llegó a las 97 mil toneladas, mientras que se importaron otras 126 mil toneladas. Los principales productos de origen vegetal y animal que llegan de Argentina a Chile son: carne bovina, aceite de soja, alimentación animal, azúcar, harina de soja, arroz y queso.ARGENTINA Y EL TOMATE CHINO
La exportación argentina representa 4500 millones de dólares, según los datos del INDEC de 2019. Argentina también importa lo que produce. “A pesar de tener una capacidad de producción instalada de 717.000 toneladas de tomate, lo que representa el 68% del tomate que consumen sus habitantes, más del 50% del tomate que se come en el país es importado. Y de ese 50%, el 62% proviene de China”, explica Diego Montón referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena. El caso del tomate es emblemático porque su producción se destina mayoritariamente al tomate industrial, es decir para salsas envasadas y ketchup. Eso hace que el tomate chino o el tomate de Mendoza, la provincia que más produce la fruta, viaje miles de kilómetros primero hacia las plantas industriales y luego para ser consumido. ¿Quién gana?Crédito Diego Pintos
PERÚ Y LA PALMA ACEITERA
Hablar sobre los agronegocios en el Perú es también poner un ojo sobre el enorme impacto ambiental que han ocasionado en los diferentes ecosistemas del país. Esto porque básicamente para plantar la semilla del fruto a comercializar debe “liberarse” el área donde se va a sembrar. Según la Agencia Agraria de Perú, entre enero y mayo del 2019, el país exportó casi 29 millones de kilos de aceite de palma en bruto, por un valor de 15 millones. La venta creció el año pasado en casi 9 millones de dólares respecto al mismo periodo del 2018. Los destinos favoritos de estos envíos fueron Colombia y Brasil.Crédito Diego Pintos
Crédito Diego Pintos
“BUENOS HÁBITOS”
¿Qué hacen los estados para evitar el desperdicio de alimentos y mitigar la crisis climática? Tomemos de ejemplo a Argentina: implementó un Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos. ¿Qué hizo el plan? Organizó junto al BID y con el apoyo de IBM Argentina el Concurso #SinDesperdicioHortícola, cuyos ganadores fueron el Silo Papa, una tecnología para mejorar la vida útil de la papa y sistema de reconocimiento de malezas de Deep Agro para fumigación inteligente con técnicas de Machine Learning. También realizó la campaña “Alimentar buenos hábitos” junto a Unilever y Carrefour. Podemos leer de qué se trata en la página web de Unilever: de toda la comida que se produce en el mundo se tira. En la Argentina esto representa 16 millones de toneladas de alimentos aptos para consumo. Desde Unilever queremos cambiar esa realidad. Creemos que un mundo sin desperdicios es posible. Es un mundo más sustentable, con menos desnutrición y hambre: es el mundo que queremos construir. Por eso lanzamos la campaña “Alimentá buenos hábitos”, que consiste en brindar recomendaciones a los consumidores sobre cómo planificar, almacenar, consumir y reconvertir los alimentos.Crédito Diego Pintos
UN PLAN SUSTENTABLE: LA AGROECOLOGÍA
¿Qué plan sería entonces más efectivo para evitar el desperdicio de alimentos y mitigar la crisis climática? Las familias productoras tienen su plan y nada tiene que ver con prolongar la vida útil de los alimentos. “Producir mucho no es lo que necesitamos nosotros. Eso es el modelo esclavizante. Uno podría producir la verdura a mejor precio sin todos los desperdicios que hay en el medio. Se podría producir de otra manera: agroecológicamente”, asegura Nahuel Levaggi, referente de la Unión de Trabajadores de la Tierra. “La producción actual se basa en agroquímicos en producción masiva, en una gran cadena de intermediarios y mucho derroche de verdura en el medio. La propuesta alternativa es con tierra propia, producir agroecológicamente y tener canales de distribución que harían subir el precio para el productor, bajar el precio al consumidor y no generar derroches que van quedando en los camiones, en el mercado, en la verdulería y en los supermercados”.Crédito Diego Pintos