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Marcha por Alejo Portillo, asesinado a puñaladas en un crimen de homo-odio

El joven de 21 años fue víctima fatal de un crimen que cumple con las condiciones para ser calificado como homo-odio. Su asesino habría sido otro joven con quien tenía una relación oculta. El cuerpo fue hallado por la familia, mientras la policía no se hizo cargo.

Alejo Portillo, víctima de un crimen de homo-odio.
Alejo Portillo, víctima de un crimen de homo-odio.

Alejo tenía 21 años y vivía en la provincia de Misiones, en la cercanía de la localidad de Azara, donde sus familiares encontraron su cuerpo apuñalado unas 42 veces en total. El sospechoso, que está detenido por estos momentos tiene 20 años y mantenía una relación oculta con el joven asesinado.

"Desde la Comunidad de Trans Travestis No Binarie Maricas Gay y Lesbianas de Oberá Misiones queremos pronunciar públicamente nuestras voces y sentires en relación con el homicidio de Ema Portillo (autopercibide como Alejo), hecho ocurrido en la localidad de Azara-Misiones.   

Según fuentes periodísticas, el cuerpo de Ema fue hallado el día 30 de diciembre, desnudo, violado y con múltiples puñaladas en todo el cuerpo. En las averiguaciones policiales hay una persona 'demorada'.

Ante los hechos, creemos importante resaltar y subrayar que el homicidio de Alejo Portillo es un caso de crimen de odio. A Alejo lo acuchillaron por homosexual. Por su orientación e identidad de género. Por ser una persona de identidad no heterosexual".

 

 

En entrevista con Misiones Cuatro TV, la mamá de Alejo —Alejandra Benítez— contó los detalles de cómo fue la búsqueda, el hallazgo del cuerpo y también deja un mensaje para el manejo policial en todas las denuncias tempranas con desapariciones.

Alejandra vio a su hijo por última vez el miércoles 28 de diciembre, cuando se despidió de él, después de que Alejo pidiera prestada la bicicleta de su hermana. “Al lugar donde fue mi hijo, lo invitó alguien que él conocía. Para verse con alguien que él conocía. No iba a ir a ese lugar (de motus propio). Sabía con quién iba a encontrarse”, aseveró la mujer. El día de su desaparición fue el jueves 29; por la tarde, ella ya estaba preocupada porque no aparecía en la casa donde vivía ni respondía los mensajes por celular, de manera que empezó a buscarlo por sus propios medios, sin tener ningún vehículo a su disposición.

El viernes 30 hizo la denuncia en la comisaría para pedir que lo buscasen, pero allí los oficiales replicaron que no tenían móviles, solo una moto, y que debía esperar 24 horas, que seguramente el joven estaba por ahí. Así que ella, sin dudarlo, continuó buscándolo por los alrededores de la zona, en medio de prados y viviendas alejadas la una de la otra, con ayuda de una amiga. Juntas se encargaron de contactar gente y difundir su desaparición, mientras visitaban cada lugar que se les ocurriera explorar.

 

 

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En la búsqueda también se sumaron la hermana del joven y su pareja. De hecho, fue el cuñado de Alejo quien halló primero su pantalón, en medio de una chacra que se desconoce a quién pertenece, con el suelo cubierto de barro. Cuando recorrieron unos metros más dieron con el cuerpo de Alejo, sangrando por doquier a raíz de las 42 puñaladas que con tanta saña le habían aplicado.

La madre también contó que Alejo tenía una relación con un chico, y que estaba deprimido porque su pareja estaba dentro del clóset y él quería una relación más libre. Es justamente ese chico quien está detenido como sospechoso.

El principal sospechoso siendo detenido.
El principal sospechoso siendo detenido.

Por su parte, la Policía Científica constató la presencia de una mochila a 700 metros del lugar donde fue encontrado el cuerpo. En el interior de la mochila color negra, con el logotipo de Nike, había un cuchillo de carnicero, con empuñadura de plástico blanco y una tenaza. La secuestraron para determinar muestras biológicas y hacer los exámenes correspondientes, lo que permitirá verificar el autor del crimen.

Sobre Alejo, su tía Rosana Benítez, habló con Agencia Presentes y recordó que pasaba «mucho tiempo con su abuela», no quería estar lejos y estaba siempre pendiente de ella. Su abuela, al hablar del joven, dice: «Perdí a mi hijo».

«Siempre fue un luchador, siempre se ganó la vida trabajando, con cualquier changa. Últimamente vendía orquídeas. Tenía su vivero de cactus y de orquídeas», contó sobre la vida que llevaba Alejo en el último tiempo.

Sobre la posibilidad de que haya sido un crimen de odio por su orientación sexual, Rosana dijo que «no pueden seguir pasando estas cosas». «Tenemos que abrir nuestra mente, no podemos vivir en una mente tan primitiva. Cada uno tiene derecho a ser respetado. No podemos andar por la vida lastimando ni psicológicamente, ni de ninguna forma. Cada uno tiene derecho a ser feliz siendo como elija su sexualidad».
 

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