La caída de la actividad económica desde que asumió el gobierno de Javier Milei tiene entre sus consecuencias más graves la caída del poder adquisitivo de trabajadores activos y pasivos y, consecuentemente, el desplome de las ventas minoristas y mayoristas.
Además de los trabajadores, los principales perjudicados por la crisis son los comercios y las pequeñas empresas empujadas a disminuir su producción o directamente a cerrar y echar a sus empleados, lo que implica más pérdidas de puestos de trabajo, que en lo que va de la gestión Milei suman más de 180.000, según informes privados.
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Un ejemplo de cómo está afectando esta situación a las empresas es el de la Botonera San Martín, ubicada hace 60 años en el barrio porteño de Villa Crespo, una de las muchas pymes que continúan resistiendo para no cerrar definitivamente sus puertas.
"Estamos en una época de sobrevivencia, de lucha", afirmó Gabriel, dueño de esta empresa familiar: “Me cuesta mantener lo que heredé, es triste", agregó por C5N, ya que "los gastos se triplicaron y las ventas se redujeron… Vivo a oscuras porque se triplicaron los costos de los servicios", destacó.
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“No cierro porque el edificio es mío, porque no tengo sueldos y porque tengo para comer", explicó, señalando que "antes tenía empleados, más de 25", pero ahora "no podés pagar los sueldos ni aguinaldos", por lo cual es él quien realiza todas las tareas.
Sobre la dura situación que atraviesa, Gabriel relató que comenzó a realizar ventas minoristas porque "las mercerías del barrio cerraron" y porque las ventas por mayor cayeron, ya que a su vez quienes confeccionan vestimenta perdieron capacidad de producción.
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“Hoy estamos con el Gobierno que yo voté. Si bien este hombre nos dijo que iba a ser muy difícil, pero no se puede subsistir, la gente se está cayendo. Es muy fácil cuando no te falta el pan en la mesa decir 'hay que hacer un esfuerzo'", sentenció el empresario.
